«Es fundamental aprender de lo que otros piensan y proponen» - Alfa y Omega

«Es fundamental aprender de lo que otros piensan y proponen»

«Nuestras conversaciones suelen ser con nosotros mismos», asegura el obispo de Bilbao. Por eso se ha sentado a dialogar sobre economía y trabajo con la CEOE y UGT en la Fundación Pablo VI

Cristina Sánchez Aguilar
Joseba Segura, además de obispo de Bilbao, es economista. Foto: Diócesis de Bilbao.

El obispo de Bilbao y economista, Joseba Segura, se sentó este jueves en el salón de actos de la Fundación Pablo VI de Madrid a dialogar sobre la nueva economía y el futuro del trabajo con Lorenzo Amor, vicepresidente de la CEOE, y con Pepe Álvarez, secretario general de UGT. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quiso asistir al evento, pero a última hora tuvo que declinar por un imprevisto. Aun así, envió un saludo a los presentes. «La Iglesia tiene mucho que aportar en este ámbito», asegura el obispo en conversación con Alfa y Omega. «Todo lo que es humano es importante para la reflexión religiosa», y, en el trabajo, «hombres y mujeres pasan muchísimo tiempo de su vida. También en otros trabajos, que no son empleos como tal, pero que se realizan cotidianamente, como es el trabajo en las casas o los voluntariados». Por eso, la Iglesia está atenta y acompaña a todas estas realidades, y lleva años defendiendo «unas condiciones de trabajo justas, salarios dignos, o la importancia de la seguridad en los puestos de trabajo, entre otras muchas cosas». De hecho, el magisterio de la Iglesia en torno al trabajo es extenso, y uno de los pilares de su doctrina social. Esta visión, «iluminada siempre por Dios», es la que ha propuesto el obispo durante su intervención, que califica de necesaria. «Es fundamental que nos interese ver qué aportan otras voces de la sociedad y aprender de los que otros piensan y proponen», ya que, en «un porcentaje muy alto, nuestras conversaciones suelen ser con nosotros mismos». El obispo de Bilbao celebra «el esfuerzo de los últimos años» de la Fundación Pablo VI de «abrir el debate a personas expertas en sus ámbitos de trabajo que reflejan puntos de vista y preocupaciones políticas y morales diversas con una gran naturalidad y buenos resultados».

Además de su aportación ad extra en el mundo del trabajo, la Iglesia cuenta con trabajadores en sus propias filas. Solo en Bilbao hay 16 centros educativos que pertenecen a la diócesis, y en nómina tienen más de 800 personas. Por lo que es fundamental que «las propuestas que hacemos en la sociedad las apliquemos con coherencia dentro», constata Segura. Hay aspectos que mejorar, sostiene. Como por ejemplo, «en el económico de las diócesis, las congregaciones… es muy importante que las cuentas, en lo relativo a ingresos y gastos, sean transparentes». Ya se está haciendo «una gran esfuerzo, y se está realmente mejorando, pero durante mucho tiempo se han gestionado las cuentas de forma familiar, y esto tiene que ir desapareciendo». Otro punto que destaca Segura es el de la gestión de los medios financieros. «Tenemos que saber al servicio de qué tipo de proyectos se pone el dinero; el tema de la inversión ética tiene muchísimo recorrido».

Rafael Latorre es periodista en ‘El Mundo’ y tertuliano con Alsina en Onda Cero. Foto: Onda Cero.

El futuro de los jóvenes en una sociedad posmoderna fue otro de los bloques del II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática. El mundo que viene, que se ha celebrado los días 9 y 10 de marzo. El periodista de El Mundo y Onda Cero Rafael Latorre fue el encargado de moderar una mesa con dos jóvenes con actual notoriedad en los medios, como son el filósofo Diego S. Garrocho y la escritora Ana Iris Simón. El contrapunto de experiencia otorgada por los años lo puso la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED Amelia Valcárcel.

Latorre recalca en conversación con este semanario que «esta mesa contradice el discurso derrotista que hay respecto a las nuevas generaciones». El periodista sostiene que le molesta «el discurso nostálgico, el que dice que los jóvenes vivirán peor que sus padres. Se enfrentarán a retos nuevos, algunos cargados de incertidumbre, pero las condiciones y las expectativas no son las mismas». Es verdad, añade, «que hay un nocivo influjo de este posmodernismo cultural, que viene de los años 70, pero hay una enorme reacción, muchos jóvenes exponentes con otra forma de pensar y una apertura de miras extraordinaria».