«La ley de salud mental no tiene en cuenta ni a la ciencia ni a los médicos» - Alfa y Omega

«La ley de salud mental no tiene en cuenta ni a la ciencia ni a los médicos»

Varios expertos reunidos por la Fundación Pablo VI cuestionan la proposición que se está tramitando en el Congreso de los Diputados: «Parte de estereotipos y prejuicios»

Fran Otero
Un momento del debate en la Fundación Pablo VI.

La proposición de Ley General de Salud Mental, en trámite en el Congreso de los Diputados, sigue sin generar consenso entre los profesionales, que la rechazan por ir «contra la ciencia» y dejar desprotegidos a los pacientes que realmente necesitan atención.

«Es anticientífica», ha afirmado José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y presidente de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid durante un encuentro organizado por la Fundación Pablo VI sobre el tema Salud mental: ¿nueva pandemia?.

En su opinión, la ley pone el foco en el malestar cotidiano, con situaciones que se pueden manejar con una cierta normalidad, y deja desprotegidos a los que realmente sufren los trastornos, que son las personas a las que hay que tratar. En este sentido, ha añadido que no es lo mismo sufrir por la situación en el trabajo o por no tener amigos que padecer una patología: «Al mezclarlo todo, los pacientes se quedan sin nada».

Coincide Montserrat Esquerda, pediatra y directora general del Instituto Borja de Bioética, que afirma que en la ley «se habla poco de enfermedad mental». «El malestar psíquico que puede tener una persona debería resolverse en la atención primaria», ha explicado.

Ambos han criticado que se aborde la cuestión desde los «estereotipos» y «prejuicios», sobre todo, cuando se refiere a la prohibición de prescribir determinados medicamentos o a los ingresos involuntarios. «Hay una evidencia científica de que la medicación es eficaz y se va a prohibir», añade Carrasco. Con todo, el psiquiatra ha afirmado que realizar una ley exclusivamente para los trastornos mentales «es un estigma» y ha recordado que lo que necesitan los pacientes y los profesionales «son más recursos». «Necesitamos más inversión y la ley no la garantiza», ha añadido García.

Consecuencias de la pandemia

Durante el debate, dirigido por Sandra Várez, directora de Comunicación de la Fundación Pablo VI y en el que también han participado Manuela García Romero, anestesióloga y vicepresidenta de la Organización Médica Colegial (OMC), y Esteban Sánchez Moreno, sociólogo y director del Instituto Universitario Desarrollo y Cooperación, también se han abordado las consecuencias de la pandemia sobre la salud mental.

«Ha puesto de manifiesto es uno de los principales problemas sociales del momento. Toda crisis hace emerger cuestiones que no estaban bajo el foco. El deterioro de la salud mental es un problema social», ha afirmado Sánchez Moreno.

A pesar de que en los últimos tiempos hay un mayor debate público sobre el tema, para Montserrat Esquerda «aún se habla poco». De hecho, ha señalado que la salud mental se debería trabajar en tres niveles: promoción, prevención y tratamiento de los trastornos.

Los intentos de suicidio se multiplican por diez

Según José Luis Carrasco, el impacto de la pandemia ha sido especialmente fuerte en adolescentes y jóvenes. Refiere un aumento de los trastornos de la personalidad y de los de ansiedad. Además, ha apuntado que ha habido «un aumento descomunal de los intentos de suicidio, que se han multiplicado por diez».

Otro colectivo que ha visto su salud mental erosionada es el de los médicos y profesionales sanitarios, que han tenido que vivir en un contexto de «medicina de guerra». Según Manuela García, hay «un pico de profesionales que necesitan asistencia psiquiátrica».

«Todas las instituciones relacionadas con los cuidados han sufrido una tensión. No eran tan buenas como creíamos», ha concluido Esteban Sánchez Moreno.