Ministras y obispos se sientan a debatir

«El papel que tiene la Iglesia en el siglo XXI hay que construirlo entre todos, y se edifica, entre otras cosas, cuando la Iglesia se pone en diálogo con la sociedad» en toda su amplitud y complejidad. Contribuir a esta construcción es el objetivo del ambicioso congreso que arranca el 9 de marzo en la Fundación Pablo VI, en Madrid, y así lo constata su director general, Jesús Avezuela, que además es letrado del Consejo de Estado. En este caso el epicentro del debate será la sociedad democrática, y para ello la fundación sentará en su salón de actos, entre otros, a Joseba Segura, obispo de Bilbao y economista, a hablar con Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, y con Pepe Álvarez, secretario general de UGT. Finalmente, la vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, enviará una intervención grabada ya que se encuentra en Chile para la toma de posesión del nuevo presidente. «Esta mesa, por ejemplo, pretende visibilizar que la Iglesia está dispuesta a hablar con la sociedad en sus diferentes formas y sensibilidades ideológicas y políticas, en sus diferentes modos de concebir la economía. No la conciben igual la Iglesia que la ministra, ni ella que los empresarios o los sindicatos».

Las ministras Margarita Robles, de Defensa, y Pilar Alegría, de Educación, son otras de las cabezas de cartel que dialogarán sobre sus ámbitos de actuación en la sociedad española. «Hablaremos de economía y trabajo, de juventud y familia, de educación. De los grandes retos globales y sociales. Estos son los lugares donde tiene que estar el debate de la Iglesia», explica Avezuela. De hecho, el eje transversal que empapa toda la Fundación Pablo VI es la doctrina social de la Iglesia, y con ella, las encíclicas papales que a ella se refieren. «El 90 % de sus contenidos están en estos bloques que vamos a tratar en el congreso».

También María Eugenia Rodríguez Palop, eurodiputada de Unidas Podemos; Francisco José Contreras, diputado de VOX; los filósofos Adela Cortina, Amelia Valcárcel o Diego Garrocho; los periodistas Rafael Latorre y Javi Nieves; la escritora Ana Iris Simón; la pedagoga Carmen Pellicer, o la misionera Victoria Braquehais, estarán presentes en el congreso y se sentarán con el secretario general de la Conferencia Episcopal Española o el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Pocos son los que han declinado la oferta de acudir al debate –los que lo han hecho ha sido por cuestiones de agenda–, aunque «a veces nos extrañamos de que se acepte sin reservas, porque nos enfundamos un poco en el miedo y no intentamos abrir estas puertas». También acudirá el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro.

Un congreso de estas características, con esta gran acogida por parte de los ponentes y de los participantes, es una herramienta que invita a la Iglesia a dar un paso más. «Es un instrumento, como cualquier otro, que recuerda que la Iglesia es un actor social más que está en la vida de un país. Que puede hablar con la ministra de Trabajo sobre el salario mínimo interprofesional desde la visión de la justicia y la paz social, entrando así en la rueda del siglo XXI», afirma el director general.

Una vez más la Fundación Pablo VI reivindica la importancia del diálogo y el debate en la actual situación cultural. «Hay quien prefiere ser más directo desde la batalla, y yo no lo confrontaría, porque son dos formas distintas de llegar al mismo sitio», asegura Avezuela, que considera que tender puentes entre líderes con voces tan dispares puede contribuir a concretar una hoja de ruta para el papel de la Iglesia en la España del siglo XXI.