En defensa de un proyecto común de paz y libertad - Alfa y Omega

En defensa de un proyecto común de paz y libertad

Demoler el edificio de 47 millones de españoles es fácil; lo difícil será levantar un lugar para todos en un solar en ruinas

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Estos días el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios andan inmersos en la inminente reforma del Código Penal para derogar el delito de sedición y sustituirlo por uno de desórdenes públicos agravados —con una rebaja de la pena máxima de prisión de 15 a cinco años—. En su tramitación exprés también se plantea rebajar el delito de malversación cuando no hay lucro personal, además de un cambio en las mayorías —de tres quintos a mayoría simple— en el Consejo General del Poder Judicial para elegir a dos miembros Tribunal Constitucional y así forzar la renovación de este.

En estas mismas páginas ya se señaló que es una lástima que reformas de tanto calado no se intenten sacar adelante con un mayor consenso y se tildó de muy preocupante que, igual que ocurre en este caso, se tomen decisiones cortoplacistas que solo buscan contentar a los nacionalistas. Al grave impacto que estas pueden tener a medio y largo plazo, ahora se suma la pretensión de controlar el Tribunal Constitucional, «intérprete supremo de la Constitución» y garantía última del buen funcionamiento de la arquitectura institucional de nuestro país.

La Constitución Española no es un dogma ni está escrita en piedra, pero «habla del esfuerzo por vivir y sacar adelante un proyecto común de paz y libertad», como recordó el cardenal Carlos Osoro en su cuenta de Twitter con motivo del reciente aniversario del texto. Para que este proyecto no se vaya al traste es necesario mantener la separación de poderes y garantizar el normal funcionamiento de los controles y contrapesos. Demoler el edificio en el que, pese a sus defectos, hoy por hoy cabemos 47 millones de españoles es fácil; lo verdaderamente difícil será levantar un lugar para todos cuando esto sea un solar en ruinas. Como pidió el arzobispo de Madrid, en estos «momentos de incertidumbre», ojalá «trabajemos de nuevo con todas nuestras fuerzas por el bien común».