William Chislett: «La sociedad española es más madura que sus políticos» - Alfa y Omega

William Chislett: «La sociedad española es más madura que sus políticos»

José María Ballester Esquivias
Foto: Sonia Chislett.

Llegó a España en plena Transición como corresponsal de The Times y, salvo cuatro años en México, no nos ha abandonado desde entonces: su lealtad fue premiada hace unos meses por el Gobierno con el otorgamiento de la nacionalidad española por carta de naturaleza. Además de su corresponsalía para la cabecera británica, también prestó sus servicios como analista en el Real Instituto Elcano de Asuntos Estratégicos, publicando numerosos papers –y también libros– sobre las perspectivas de España.

¿Cómo ve a la España política en los próximos años?
Lo veo con realismo, aunque algunos me digan pesimista. Francamente es una clase política que merece poco respeto. Lo que quiero para España es un Gobierno PP-PSOE, aunque no creo que vaya a pasar. La gran tragedia ha sido el colapso de Ciudadanos, por la arrogancia –y como decimos en inglés, el hubris– de Albert Rivera. Hubo una oportunidad de un Gobierno reformista, ya fuera con el PP o con el PSOE, más factible con este último, de acuerdo con los resultados de 2019. Vemos las consecuencias.

¿Se podrá dar de nuevo esa oportunidad en los próximos años?
No puedo pronosticar el resultado electoral, pero con tantos partidos es difícil gobernar este país.

¿Qué tendría que cambiar en la política española para que fuese más sana?
Más compromise.

¿Compromiso?
No es compromiso, es compromise en el sentido de llegar a acuerdos para el bien del país, como ocurre en Alemania desde hace bastantes años.

¿Por qué no ocurre?
Por personalismo, sectarismo, los intereses de cada uno, la falta de determinación a la hora de llegar a acuerdos. Mire, Rivera estaba convencido de superar al PP. Siempre pensé que era un disparate. Ahora la gran incógnita es saber si el PP va a gobernar con Vox.

¿Será la opinión pública más madura que los políticos?
La sociedad española es mucho más madura que los políticos. La fragmentación y la crispación se dan entre los partidos, no en la sociedad en su conjunto; salvo en Cataluña. Y no creo que pueda haber un Gobierno de mayoría absoluta.

Por lo tanto…
… creo que lo que va a hacer falta a este país es un acuerdo entre los dos grandes partidos. Creo que es lo que quiere la sociedad civil. No sé lo que dicen las últimas encuestas, pero, después de haber vivido tantos años en este país, me da la sensación de que cada uno tiene sus ideas, pero en el fondo la gente está harta de debates estériles.

¿Sería necesario para España un sistema electoral como el británico, de distrito, en el que el parlamentario responde directamente ante sus votantes?
Buena pregunta. No lo sé, sería entrar en cosas técnicas. Creo que el sistema británico debería cambiarse porque gran parte de la población, por el sistema de first-past-the-post, no está representada en el Parlamento.

Pero aquí tenemos unos políticos completamente desconectados de sus votantes.
Sí. En teoría conviene a España cambiar el sistema. Pero en el Reino Unido, hay mucha gente que prefiere el proporcional, como en España. ¿Cuál es el mejor para cada país? No lo sé.

De las elecciones a la economía. Usted escribió un libro en el que confiaba en las oportunidades de inversión española en Iberoamérica. ¿Seguirá manteniéndose esa confianza?
Ese libro es de 2003 y el panorama político era mejor. Digamos que la gran fase de la inversión española en Latinoamérica, salvo excepciones, está terminada.

¿Sería distinto con otro Gobierno?
La inversión no depende de quien esté en el poder. La inversión española vino de las privatizaciones en Latinoamérica. Ese escenario ya no se da hoy.

¿Es pesimista?
Realista.

Usted que lleva casi 40 años en España, ¿cómo cree que será el carácter de los españoles en las próximas décadas? ¿Serán igual de alegres? ¿O más disciplinados al estilo anglosajón?
No lo sé. Pero hay muchos clichés: la España de la sangría, de la fiesta y de la siesta. He hecho un esfuerzo para combatir estos estereotipos, aunque hay que vivir con ellos. A ver… ¿cómo puedo decirlo?

Diga.
Los estereotipos sobre España no han ido mal con la industria turística.

¿Y cómo irán?
España es un país normal con sus peculiaridades, como cualquier otro país, si bien creo que los españoles tienden a exagerar lo bueno y a mostrarse demasiado pesimistas cuando las cosas van algo mal.

Permítame insistir: ¿serán los españoles distintos?
Difícil decirlo. De momento ya son más disciplinados de lo que uno piensa: la OCDE ha comprobado que el español trabaja, de media, más que los ciudadanos de otros países. Los españoles saben divertirse y trabajar.

¿Leyenda negra?
Sí, esa leyenda negra según la cual el español es un vago no se corresponde con la realidad.

Como español y antiguo británico que es, ¿se podrá encontrar una solución al conflicto de Gibraltar?
Uy, entramos en territorio peligroso. Bien, en el siglo XXI, un territorio como Gibraltar, que no es exactamente una colonia, es un anacronismo.

Dicho esto…
… yo conozco Gibraltar bastante bien: allí me casé en 1974. Fue muy difícil hacerlo en España durante el régimen franquista, porque mi mujer es católica y yo protestante, o nada. La opción más sencilla era irnos a Gibraltar y, además, con la verja cerrada, lo cual implicaba irnos vía Algeciras y Tánger.

Lo estuvo hasta los años 80.
Y, vuelvo a repetir: Gibraltar sigue siendo un anacronismo. Sin embargo, mi sensación es que es imposible, en clave realista, que España logre la soberanía sobre Gibraltar. No digo quién tiene razón. Hablo de forma pragmática. Así son las cosas.

Si tuviera que hacer una apuesta…
… diría, qué sé yo, que de aquí a 30 años Gibraltar seguirá siendo como ahora, un territorio británico de ultramar.

¿Seguirá el conflicto de Gibraltar emponzoñando las relaciones entre españoles y británicos tanto entre gobiernos como entre ciudadanos?
Creo que no. Gran Bretaña ya no forma parte de la Unión Europea (una gran estupidez), si bien aún negocia con España sobre Gibraltar. Dicen que se podría cerrar el acuerdo antes de Semana Santa. Pero a ninguno de los dos países les interesa llevar el asunto hasta el extremo de, por ejemplo, impedir el paso por la verja.