Emotiva despedida en Astorga a Juan Antonio Menéndez - Alfa y Omega

Emotiva despedida en Astorga a Juan Antonio Menéndez

Cientos de feligreses y una veintena de obispos abarrotaron la catedral para el funeral y entierro del obispo de Astorga

Redacción

Cientos de personas llenaron ayer la catedral de Astorga para dar su último adiós al obispo, Juan Antonio Menéndez, al que sus feligreses definen «un hombre bueno y cercano», fallecido el pasado miércoles a los 62 años a causa de un infarto.

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, fue el encargado de oficiar la Misa exequial por el eterno descanso de Menéndez. También asistieron el cardenal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que preside la Conferencia Episcopal Española (CEE), y casi una veintena de obispos además de numerosas autoridades civiles y numerosas personas llegadas de Asturias, de donde era natural.

El cortejo fúnebre partió minutos después de las cinco y media de la tarde del Seminario Mayor, donde desde el jueves se han velado sus restos, acompañado por la corporación municipal con el regidor, Arsenio García Fuertes, a la cabeza, la banda municipal de música de la ciudad y la curia diocesana. Poco después llegó a la catedral donde ya esperaban cientos de personas para asistir a la Misa funeral, en cuya homilía el obispo de Oviedo destacó que tuvo la «suerte» y el «regalo» de trabajar con Menéndez, «un hombre cuya vida se regía por la integridad y la entrega a los demás».

Sanz recordó la «enorme ilusión» con la que Menéndez acogió su nombramiento como obispo de Astorga en 2015, y ha lamentado que no le haya dado tiempo a culminar todos los proyectos que tenía en marcha.

Menéndez, en el día de su toma de posesión en Astorga

La repentina muerte, mientras trabajaba en su despacho, conmocionó el pasado miércoles a la capital maragata, donde mucho de los fieles que tuvieron contacto con el prelado destacaba al finalizar el funeral que desde que llegó a Astorga puso todo su empeño en conocer el territorio en el que iba a ejercer su ministerio para conocer sus problemas y de esa manera buscar las soluciones más apropiadas.

«Recorrió infinidad de veces todas las parroquias de la Diócesis porque le gustaba enormemente el contacto con sus fieles», comentaba una mujer que todavía no se hace a la idea de lo sucedido. El alcalde de Astorga, Arsenio García Fuertes, ha recordado por su parte que fue «un gran hombre» por su «personalidad dialogante, amable y cercana», cuya muerte significa «una gran pérdida para todos los astorganos y miembros de su Iglesia».

Tras la ceremonia, se llevó a cabo el entierro del prelado en la misma catedral, en un espacio ubicado en una de las capillas laterales del templo. La Iglesia católica establece que los obispos sean enterrados en una iglesia, preferentemente la catedral de su Diócesis, a menos de el fallecido haya dispuesto otra cosa.

El Papa Francisco nombró en noviembre de 2015 a Menéndez obispo de Astorga tras aceptar la renuncia del anterior prelado, Camilo Lorenzo Iglesias, al cumplir los 75 años. Fue el primer obispo español nombrado por el papa Francisco y se convirtió en el 137º obispo de la Diócesis de Astorga, una de las más antiguas de España, mientras que, en el momento de su nombramiento, era obispo auxiliar de Oviedo.

Menéndez nació el 6 de enero de 1957 en Villamarín de Salcedo Grado (Asturias), estudió en el seminario de Oviedo, se licenció en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y fue ordenado sacerdote el 10 de mayo de 1981.

Efe / Redacción