El Pontífice recuerda a los políticos que «la vida vale mucho más que cualquier algoritmo»  - Alfa y Omega

El Pontífice recuerda a los políticos que «la vida vale mucho más que cualquier algoritmo» 

En el encuentro de este sábado por el Jubileo de los Gobernantes les ha puesto de ejemplo a santo Tomás Moro y ha advertido de que la inteligencia artificial ofrece una «memoria estática» que no es comparable a la creatividad de las personas

Ester Medina Rodríguez
Participantes en el Jubileo de los Gobernantes con el Papa León XIV este sábado
Participantes en el Jubileo de los Gobernantes con el Papa León XIV este sábado. Foto: Vatican Media.

El Santo Padre se ha reunido en la mañana de este sábado con políticos y delegaciones parlamentarias provenientes de más de 60 países con motivo del Jubileo de los Gobernantes que se celebra este fin de semana en Roma. Ante ellos, León XIV ha rescatado la definición de Pío X sobre la acción política como «la forma suprema de caridad» que «nunca es teoría, sino siempre un signo y un testimonio concreto de la acción de Dios en favor del hombre».

Además, ha puesto como ejemplo y «fuente de inspiración» la figura de santo Tomás Moro, el patrón de los políticos, «un perfecto servidor del Estado precisamente por su fe, que lo llevó a interpretar la política no como una profesión, sino como una misión para el crecimiento de la verdad y la bondad», ha señalado. De igual manera, ha destacado la valentía de este santo de «no dudar en sacrificar su propia vida antes que traicionar la verdad» y permanecer al lado de los débiles y los pobres. Todo ello «lo convierte para nosotros, todavía hoy, en un mártir de la libertad y de la primacía de la conciencia».

En este sentido, y con la mirada puesta en el contexto actual, León XIV ha propuesto tres claves para afrontar la política: en primer lugar, promover y proteger el bien común «más allá de cualquier interés particular». Por ejemplo, trabajando «para superar la inaceptable desproporción entre la riqueza poseída por unos pocos y la pobreza que se extiende sin medida», ya que los más empobrecidos «claman para hacer oír su voz», añadiendo que esta injusticia desemboca fácilmente en violencia y en guerras.

Por otro lado, el Santo Padre también se ha referido a la libertad religiosa y al diálogo interreligioso, un elemento en el que la política puede aportar mucho promoviendo unas condiciones apropiadas «para que haya una libertad religiosa efectiva y pueda desarrollarse un encuentro respetuoso y constructivo entre diferentes comunidades religiosas». Para ello ha puesto como referencia la Declaración Universal de Derechos Humanos, que «pertenece al patrimonio cultural de la humanidad» y que siempre está vigente «para contribuir a situar a la persona humana en el fundamento de la búsqueda de la verdad».

En tercer lugar, el Papa ha reflexionado una vez más sobre los desafíos de la inteligencia artificial, algo a lo que también ha hecho referencia en anteriores discursos. Si bien ha destacado «su valiosa ayuda para la sociedad», también ha recordado que su uso debe ser «para el bien del ser humano, no para menospreciarlo o definir su derrota». Este tema, ha advertido, «requiere mucha atención y una mirada de futuro con visión de futuro», porque «la vida personal vale mucho más que un algoritmo, y las relaciones sociales requieren espacios humanos que van mucho más allá de los esquemas limitados que cualquier máquina sin alma puede preconfigurar».

A pesar de «ser capaces de almacenar millones de datos y ofrecer respuestas a muchas preguntas en cuestión de segundos», la inteligencia artificial ofrece una «memoria estática» que no es comparable a la de las personas, «que es creativa, dinámica, generativa, capaz de unir pasado, presente y futuro en una búsqueda viva y fructífera de sentido, con todas las implicaciones éticas y existenciales que de ello se derivan».