«El perdón y la misericordia empiezan con pequeñas cosas»
Más de mil niños acudieron a la catedral de Valencia para celebrar el Jubileo de los niños y rezar por la paz en el mundo
Más de mil niños de la diócesis de Valencia participaron este sábado en el Jubileo de los niños. Convocados por el cardenal Cañizares, con motivo del Año del Cáliz de la Misericordia, los pequeños y sus familias llenaron la catedral de Valencia para rezar por la paz en el mundo.
Al inicio del encuentro, el arzobispo de Valencia dio la bienvenida a los niños a la catedral, «la primera iglesia de la diócesis en la que, a lo largo de los siglos, muchos cristianos se han puesto delante de Dios para rezar por la paz, una paz sin condiciones, sin vencedores ni vencidos, fruto del amor, el perdón y la misericordia, que empieza por nuestras pequeñas cosas, como dejar las riñas en el patio o querer más a nuestros hermanos».
Asimismo, monseñor Antonio Cañizares aseguró que «la paz es posible y Cristo es nuestra paz en esta tarde en que Jesús está contento de que estemos todos aquí reunidos con Él para rezar». También explicó a los pequeños que «vuestra oración Dios siempre la escucha», por lo que les ha instado a pedir la paz «como un grito o una manifestación, pero no en la calle, sino aquí, ante Dios».
Participación de los niños
Los niños participaron activamente en la celebración. Unos acompañaron con velas al cardenal en su procesión de entrada al altar y otros iluminaron también con cirios el camino del Santísimo hasta el altar.
Igualmente, tras la lectura del salmo, un grupo de participantes llevó hasta el altar los frutos de la Misericordia, es decir, las obras de misericordia corporales y espirituales que han sido enumeradas y explicadas por el vicario de Evangelización, Javier Llopis, y después colgadas en las ramas de un árbol de cartón en el altar.
A continuación, los niños escucharon el Evangelio y las palabras del arzobispo, que insistió en la necesidad de rezar por la paz «porque nos duele en lo más profundo del corazón que haya países enfrentados y divididos, y niños que mueren víctimas de la guerra, del odio y de la violencia».
Una veintena de sacerdotes confesando
En el encuentro hubo, igualmente, un momento de silencio para rezar por la paz y otro de exposición y adoración del Santísimo.
Finalmente, tras el rezo del padrenuestro y del ave maría, las peticiones de los niños y la oración por la paz atribuida a San Francisco de Asís, el purpurado ha impartido la bendición a los asistentes desde el altar.
Durante todo el encuentro, cerca de 20 sacerdotes colocados en los confesionarios y en sillas auxiliares han estado confesando a los niños y a sus padres.
Además, el Jubileo de los niños contó con la participación de un coro infantil. A todas las familias que participaron se les entregó un ejemplar del libro Orar en familia al finalizar el acto.