El Papa recibe a la Cofradía de la Mare de Déu de Montserrat - Alfa y Omega

El Papa recibe a la Cofradía de la Mare de Déu de Montserrat

Han peregrinado a Roma con motivo del 800 aniversario de su fundación

Ángeles Conde Mir
Francisco les ha recibido en el patio de San Dámaso junto a una imagen de la Moreneta de la catedral de Gerona. Foto: CNS.

«¡Bon dia a tots!». Con este cariñoso saludo el Papa Francisco ha dado la bienvenida a la Cofradía de la Mare de Déu de Montserrat, de peregrinación en Roma con motivo del 800 aniversario de su fundación. Se trata de la peregrinación más importante que ha hecho Montserrat en Roma desde la que llevó a cabo en el año 1950.

Encabezaba la delegación el cardenal Juan José Omella y el abad de Montserrat, Manel Gasch Hurios. Han estado acompañados por otros obispos, sacerdotes, religiosos y, por supuesto, por los fieles de la Moreneta que han escuchado entusiasmados las palabras del Santo Padre.

El Papa junto al cardenal Omella y el abad de Montserrat. Foto: Vatican Media.

«La querida Moreneta»

Francisco les ha dicho que estaba contento por recibirlos, especialmente este sábado que se celebra Nuestra Señora del Rosario. «Celebrar a María es celebrar la cercanía y la ternura de Dios que se encuentra con su pueblo, que no nos deja solos, que nos ha dado una Madre que nos cuida y acompaña», les ha explicado el Papa en este encuentro que ha tenido lugar en el patio de San Dámaso. Esa Madre cercana es la Virgen de Montserrat, «la querida Moreneta», ha indicado Francisco, una madre que ha abrazado a cientos de miles de personas en estos 800 años.

Francisco saluda a algunos de los miembros de la cofradía durante su encuentro. Foto: Vatican Media.

«Pensemos, en estos 800 años de presencia en Montserrat, ¡cuántos fieles visitando su santuario, desgranando las cuentas del rosario, pidiendo con humildad y sencillez a la Moreneta su intercesión por ellos, y por sus seres queridos! ¡Y cuántas, cuántas manifestaciones de cariño filial, de súplicas y acciones de gracias! Cuando el Pueblo de Dios va a visitar a su Madre, se expresa, se expresa de un modo que quizás no lo hace tanto en otro tipo de oración. Delante de la Madre como que se despiertan los sentimientos más nobles de una persona», ha insistido el Papa.

María, facilitadora en los conflictos

También ha alabado «la fuerza evangelizadora de la piedad popular» que «crea condiciones favorables para que los lazos de amistad y fraternidad entre los pueblos crezcan y se fortalezcan». Ha definido esta piedad popular como «una gracia que tienen los pueblos». Ellos pueden contar con María como «facilitadora en los conflictos y los problemas, como en la falta de vino en las bodas»: «Ella nos ayuda a “desatar los nudos” que se hayan hecho en nosotros y entre nosotros. Es decir, María también allana el camino de la amistad entre los pueblos, invitándonos a volver nuestra mirada al origen y la meta de nuestra existencia, que es Jesucristo, y nos anima a seguir su ejemplo, recorriendo las sendas de la paz, la amabilidad, la escucha y el diálogo paciente y confiado».

Por último, el Papa ha asegurado a estos peregrinos españoles que la Virgen de Montserrat, con el mundo en sus manos, «nos invita a vivir esa fraternidad universal, sin fronteras, sin exclusiones, que disipa las sombras de un entorno cerrado».

«Para ella no hay descarte, es la Madre de los descartados, de los que nosotros descartamos porque va allí a buscarlos. No conoce la actitud de descartar a nadie», ha concluido.

Sardanas en San Pablo Extramuros

La cofradía ha comenzado este viernes sus actividades en Roma donde recalan hasta el día 9. Además de la audiencia con el Papa, celebrarán una Misa en la basílica de San Pedro este domingo y realizarán una ofrenda floral a la Virgen de Montserrat en la Iglesia española de Roma, titulada en su honor. Este mismo sábado, en la basílica de San Pablo Extramuros habrá un concierto de la Escolanía con sardanas.

La Cofradía de la Mare de Déu de Montserrat se fundó con el objetivo de extender y facilitar la devoción a la Virgen de Montserrat, con la vinculación al Santuario y la creación de centros que, como auténticos pequeños santuarios, acerquen el amor que Dios manifiesta en su Montaña Santa a todos los fieles.