El Papa a los obispos de Ucrania: Promoved la paz, pero sin entrar en política - Alfa y Omega

El Papa a los obispos de Ucrania: Promoved la paz, pero sin entrar en política

En una semana dramática en Ucrania, el Papa ha recibido en visita ad limina a los obispos de este país. Y les ha animado a promover activamente la paz, sin inmiscuirse en cuestiones con «base política, a las que no estáis llamados a dar respuesta directa». En alusión a los católicos de rito griego, no reconocidos por la Iglesia ortodoxa rusa, Francisco ha subrayado que católicos de rito latino o griego «sois un solo cuerpo»

Redacción

«Os doy la bienvenida en esta casa, que es también la vuestra. Y lo sabéis bien porque el Sucesor de Pedro ha acogido siempre con amistad fraterna a los hermanos de Ucrania». Con estas palabras comenzó el discurso entregado hoy por el Papa a los obispos ucranianos, al final de su visita ad limina, que ha tenido lugar en medio de una situación dramática para el país.

Francisco recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, en audiencias separadas, a los obispos de la Iglesia Greco-católica ucraniana, al obispo de Mukachevo (de rito bizantino) y a los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, que le informaron de primera mano sobre los sucesos en Ucrania, donde el pasado domingo debía haber entrado en vigor un acuerdo de alto el fuego, que ha sido vulnerado por los rebeldes pro-rusos.

«En este período —escribe Francisco a los obispos—, como os he asegurado en varias ocasiones, sea directamente como a través de los cardenales enviados, estoy particularmente cerca de vosotros con mis oraciones por los difuntos y por todos los afectados por la violencia, suplicando al Señor que conceda pronto la paz y apelando a todas las partes interesadas para que se apliquen las iniciativas alcanzadas de mutuo acuerdo, se respete el principio de derecho internacional; en particular, para que se observe la tregua firmada recientemente y todos los demás compromisos que son condiciones necesarias para evitar la reanudación de las hostilidades».

El Papa pide a los obispos «una contribución directa y positiva» para la resolución del conflicto, al mismo tiempo que, en alusión al doble sentimiento de pertenencia en el este y el oeste del país (pro ruso y pro occidental respectivamente), afirma que hay cuestiones con «base política, a las que no estáis llamados a dar respuesta directa».

«Lo importante —añade el Pontífice— es escuchar con atención las voces procedentes del territorio, donde viven las gentes confiadas a vuestro cuidado pastoral. Escuchando a vuestro pueblo, os hacéis cargo de los valores que lo caracterizan: el encuentro, la colaboración, la capacidad de arreglar las controversias. En pocas palabras: la búsqueda de la paz es posible. Y vosotros fecundáis este patrimonio ético con la caridad, el amor divino que brota del corazón de Cristo».

Como «ciudadanos de pleno derecho de su país», prosigue Francisco, «tenéis derecho a exponer, también de forma común, vuestro pensamiento» acerca del destino de la nación, «no en el sentido de promover una acción política concreta, pero sí indicando y reafirmando los valores que componen el elemento coagulante de la sociedad ucraniana, perseverando en la incansable búsqueda de la armonía y el bien común, incluso frente a dificultades graves y complejas. La Santa Sede está a vuestro lado, incluso en los foros internacionales, para que se comprendan vuestros derechos, vuestras preocupaciones y los justos valores evangélicos que os motivan».

Greco-católicos y católicos de rito «sois un solo cuerpo»

De una forma diplomática, sin aludir al Patriarcado de Moscú, el Papa alude también a las «complejas circunstancias históricas que pesan sobre las relaciones mutuas» entre greco-católicos y católicos de rito latino. El gran problema, en realidad, reside en que el Patriarcado de Moscú considera Ucrania como parte de su territorio canónico, y cuestiona la existencia de católicos de rito griego, a quienes denomina despectivamente uniatas.

Francisco recuerda que, a nivel local, los prelados católicos de uno y otro rito tienen entre ellos «acuerdos específicos y prácticos como herederos de dos tradiciones espirituales legítimas, la oriental y la latina». Esta actitud, además de «un deber», es un ejemplo que merece ser reconocido, y extrapolarse a otros ámbitos de la sociedad.

«A mí, personalmente —añade—, me duele escuchar que hay malentendidos y heridas». Católicos de uno y otro rito «sois un solo cuerpo como ya os dijeron san Juan Pablo II y Benedicto XVI y, por mi parte, yo os exhorto a encontrar entre vosotros la manera de acogeros unos a otros y de sosteneros generosamente en vuestras fatigas apostólicas. La unidad del episcopado, además de dar buen testimonio ante el Pueblo de Dios, representa un inestimable servicio a la nación, tanto en el ámbito cultural y social, como, sobre todo, en el espiritual».

«Greco-católicos y latinos sois hijos de la Iglesia católica, que también en vuestras tierras, desde hace mucho tiempo, se ha visto sometida al martirio», subraya el Papa. «Que la sangre de vuestros testigos, que interceden por vosotros desde el Cielo, sea para vosotros un motivo más que empuje a la verdadera comunión de corazones». «Arraigados en la comunión católica, también podréis proseguir, con fe y paciencia, el esfuerzo ecuménico, para que crezcan la unidad y la cooperación entre todos los cristianos. Estoy seguro de que vuestras decisiones, de conformidad con el Sucesor de Pedro, tendrán en cuenta las expectativas de vuestro entero pueblo y os invito a todos a gobernar las comunidades que se os han confiado, asegurando lo más posible vuestra presencia y vuestra cercanía a los sacerdotes y fieles. Espero que tengáis relaciones respetuosas y fructífero con las autoridades públicas».

VIS / Redacción