El Papa al Foro Mundial de la Alimentación: «La alimentación no puede ser tratada como mercancía» - Alfa y Omega

Francisco: «La alimentación no puede ser tratada como cualquier mercancía»

El Papa dirige un mensaje a los participantes del Foro Mundial de la Alimentación, que tiene lugar en Roma del 17 al 21 de octubre

Fran Otero
Cosecha en Illinois (Estados Unidos). Foto: CNS / Reuters.

«La alimentación es fundamental para la vida humana, de hecho, participa de su sacralidad y no puede ser tratada como cualquier mercancía». Este es el principal mensaje que el Papa Francisco ha dirigido este lunes a los participantes en el Foro Mundial de la Alimentación, de Naciones Unidas, que se celebra en Roma durante esta semana.

En un texto dirigido al director general de la FAO, Qu Dongyu, el Pontífice añade que la primera preocupación de los líderes y Estados ha de ser «focalizarse en el ser humano como tal, considerado en su integridad y teniendo en cuenta sus necesidades reales, en particular las de aquellos que carecen del sustento básico para su supervivencia».

Y continúa: «Respetar los alimentos y otorgarles el puesto preminente que tienen para la vida del hombre solo será posible si, además de interesarnos por su producción, disponibilidad ya acceso, así como las medidas técnicas del comercio agrícola, tomamos conciencia de que son un don de Dios del que somos meros administradores».

También subraya que los alimentos son «signos concretos de la bondad del Creador y frutos de la tierra» y recuerda, a modo de ejemplo, el respeto que los abuelos tenían por el pan. «Lo besaban al traerlo a la mesa y no permitían que naca se desperdiciara. Cristo mismo, en la Eucaristía, se ha hecho pan, pan vivo para la vida del mundo».

Finalmente, en un contexto de crisis interconectadas, Francisco recuerda al Foro Mundial de la Alimentación que no solo se trata de dar de comer, sino de «darnos a nosotros mismos en el servicio a los demás, reconociendo y garantizando la centralidad de la persona». «Esta prioridad solo podrá ser salvaguardada si volvemos a creer en la fraternidad y la solidaridad que deben inspirar las relaciones entre las personas y entre los pueblos», concluye.