Francisco: «No podemos volver a la falsa seguridad de antes de la crisis» - Alfa y Omega

Francisco: «No podemos volver a la falsa seguridad de antes de la crisis»

El Papa concede una entrevista de la agencia Télam en la que aborda la salida de la crisis, sus diez años de pontificado o las guerras en el mundo. «La ONU no puede parar la guerra en Ucrania», afirma

Redacción
El Papa durante la entrevista. Foto: Vatican News.

«No podemos volver a la falsa seguridad de las estructuras políticas y económicas que teníamos antes. Así como digo que de la crisis no se sale igual, sino que se sale mejor o peor, también digo que de la crisis no se sale solo. O salimos todos o no sale ninguno», ha afirmado el Papa Francisco en una entrevista que ha concedido a la agencia de noticias argentina Télam.

En esta línea, «de la crisis se sale arriesgando y tomando la mano del otro. Si no lo haces, no puedes salir. Ahí está lo social de la crisis», declaró el Papa, para quien estamos ante «una crisis de civilización», y también ante «una crisis mundial en nuestra relación con el universo. No vivimos en armonía con la creación, y la abofeteamos a cada rato. Usamos mal nuestras fuerzas. Estamos abofeteando a la naturaleza, y la naturaleza se la va a cobrar…», advirtió.

En este sentido, el Papa defiende en la entrevista que «está todo unido, todo es armónico. No puedes pensar en la persona humana sin la naturaleza y no puedes pensar en la naturaleza sin la persona humana». Por eso, «hace falta una opción interior de las personas y los países, una conversión, porque no podemos separar lo social de lo ambiental».

Los jóvenes y la política

Francisco también aludió en la entrevista al «descompromiso político» de los jóvenes, que les hace estar «como desanimados» y «no quieren meterse en política». Sin embargo, «los necesitamos porque son ellos los que tienen que plantear la salvación a las políticas universales», dice el Papa. Ellos «deben buscar la manera de hacerse cargo de los procesos que nos ayuden a sobrevivir» en el futuro.

Junto a ello, «tenemos que reinstaurar el diálogo de los jóvenes con los viejos», dijo el Pontífice refiriéndose al dialogo intergeneracional. «Los jóvenes necesitan dialogar con sus raíces y los viejos necesitan darse cuenta que dejan herencia», añadió, pues «el joven cuando se encuentra con el abuelo o la abuela recibe savia», y al mismo tiempo «el viejo, cuando se encuentra con el nieto o la nieta, tiene esperanza».

Ucrania y la ONU

Sobre la situación mundial actual, el Papa se refirió como en anteriores ocasiones a la «guerra mundial a pedacitos», y pidió pensar, además de en Ucrania, «en Ruanda hace 25 años, en Siria desde hace diez, en Líbano con sus luchas internas o Myanmar hoy mismo», por lo que «esto que vemos está sucediendo desde hace tiempo».

Entre las causas, «hay toda una estructura de venta de armas que lo favorece. Si durante un año no se fabricaran armas, no habría hambre en el mundo. Creo que llegó el momento de repensar el concepto de guerra justa. Puede haber una guerra justa, hay derecho a defenderse, pero como se usa hoy día ese concepto hay que repensarlo», dice Francisco, de ahí que «el uso y la posesión de armas nucleares es inmoral».

«¿Es posible conseguir la paz a través de los organismos multilaterales ante estas guerras?», le pregunta la periodista en determinado momento de la entrevista, a lo que el Papa responde: «Después de la Segunda Guerra Mundial hubo mucha esperanza en las Naciones Unidas. No quiero ofender, sé que hay gente muy buena que trabaja, pero en este punto no tiene poder para imponerse. Ayuda sí para evitar guerras y pienso en Chipre, donde hay tropas argentinas. Pero para parar una guerra como la que estamos viviendo hoy en Europa, o como las que se vivieron en otros lugares del mundo, no tiene poder. Sin ofender. Es que la constitución que tiene no le da poder». Por eso, en este momento «hace falta valentía y creatividad. Sin esas dos cosas, no vamos a tener instituciones internacionales que puedan ayudarnos a superar estos conflictos tan graves».

Tiempo de balance

El año que viene se cumplirán diez de pontificado. A la hora de hacer balance, Francisco dice que «las cosas que hice no las inventé ni las soñé después de una noche de indigestión. Recogí todo lo que los cardenales habíamos dicho en las reuniones antes del cónclave, lo que debía hacer el próximo Papa. Entonces dijimos las cosas que había que cambiar, los puntos que había que tocar. Lo que puse en marcha fue eso que se pidió. No son ideas mías. Son ideas de todo el colegio cardenalicio».

Recordando aquellos días en el cónclave, el Papa afirma que «Bergoglio nunca se imaginó que iba a terminar aquí. Nunca. Yo vine al Vaticano con lo puesto y un poquito más. Incluso dejé preparados en Buenos Aires los sermones para el Domingo de Ramos».

Y echando la vista atrás descubre «la historia de una vida que caminó con muchos dones de Dios, muchas fallas de mi parte. Veo a un hombre que caminó, que tomó una senda, con altos y bajos, y tantos amigos lo ayudaron a seguir caminando».

En estos años, «algunos me dicen que me volví más misericordioso. En mi vida tuve períodos rígidos, exigía demasiado. Después me di cuenta que por ese camino no se va, que hay que saber conducir. Es esa paternidad que tiene Dios, de saber esperar siempre. Es una de las sabidurías más lindas que nos da la vida», confiesa el Pontífice. «¿Tenemos Papa y Francisco para rato?», dice la entrevistadora para terminar. «Que lo diga el de arriba», concluye el Papa.