El Papa sugiere una posible responsabilidad de la OTAN en la guerra de Ucrania - Alfa y Omega

El Papa sugiere una posible responsabilidad de la OTAN en la guerra de Ucrania

«Aquí no hay buenos y malos metafísicos», dijo Francisco en un encuentro con jesuitas en el que también recordó su reunión, dos meses antes de la guerra, en la que un jefe de Estado le dijo que «la OTAN está ladrando a las puertas de Rusia»

José Calderero de Aldecoa
Francisco en su reunión con los directores de las revistas Jesuitas. Foto: Vatican News.

El Papa Francisco ha vuelto a insistir en que el mundo vive una Tercera Guerra Mundial y que el actual conflicto en Ucrania no se puede calificar con una lógica de buenos y malos porque, quizá, la OTAN ha tenido parte de la culpa en que se desatara la guerra. Así lo aseguró durante un encuentro-entrevista con los directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús, con los que se reunió el 19 de mayo en la biblioteca privada del Palacio Apostólico. Un encuentro que ha sido publicado este martes por La Civiltà Cattolica y reproducido posteriormente en parte por Vatican News.

«Aquí no hay buenos y malos metafísicos, de forma abstracta», dijo el Pontífice al mismo tiempo que sostuvo que la guerra «tal vez de alguna manera fue provocada o no evitada», aseguró. Justo antes de esta declaración, el Santo Padre había contado un encuentro con un jefe de Estado un par de meses antes de aquel fatídico 24 de febrero. «Me dijo que estaba muy preocupado por la forma en que se movía la OTAN. Le pregunté por qué, y me dijo: “Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se acerque a ellos”. Concluyó: “La situación podría llevar a la guerra”».

El Pontífice respondió así a una de las preguntas que le lanzó uno de los asistentes, que le interrogó sobre cómo comunicar sobre lo que se está ocurriendo en Ucrania. En la misma respuesta, Bergoglio reconoce que ante sus palabras alguien puede exclamar, «¡pero si eres pro Putin!». A lo que añadió: «No, no lo soy. Sería simplista y erróneo decir tal cosa. Simplemente estoy en contra de reducir la complejidad a la distinción entre buenos y malos, sin razonar sobre las raíces y los intereses, que son muy complejos».

En cualquier caso, el Papa sí ha querido destacar la «brutalidad y ferocidad con la que esta guerra está siendo llevada a cabo por las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos». Es «monstruoso». E insistió: «Mientras vemos la ferocidad, la crueldad de las tropas rusas, no debemos olvidar los problemas para tratar de resolverlos».

Tercera Guerra Mundial

Si bien esta postura de Francisco no es nueva –ya la ha expresado en anteriores ocasiones–, que el Pontífice vuelva ahora sobre ella puede deberse a un movimiento diplomático para tratar de desbloquear la situación para que Rusia acepte la mediación vaticana. Una mediación que ya no parece tan utópica a la luz de las recientes declaraciones de Alexei Paramonov, director del primer departamento europeo del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, quien ha reconocido que el Papa goza de gran autoridad y que «todas las iniciativas de la Santa Sede y del Papa Francisco que puedan conducir a la paz en Europa son percibidas con gran respeto».

Más allá de esta hipótesis, lo que el Santo Padre sí que advirtió de forma tajante es que «se ha declarado la Tercera Guerra Mundial», algo que «debería hacernos reflexionar. ¿Qué le pasa a la humanidad que ha tenido tres guerra mundiales en un siglo?». El Papa está convencido de ello no solo por lo que está ocurriendo en Ucrania, que «está más cerca de nosotros y toca más nuestra sensibilidad», sino porque «hay otros países muy lejanos», como el norte de Nigeria, el norte del Congo» o «Ruanda» y «Myanmar», donde «la guerra sigue y a nadie le importa».

Por último, el Santo Padre destacó «el heroísmo del pueblo ucraniano»: recordó su conversación con el patriarca Cirilo –que «me leyó una declaración en la que daba razones para justificar la guerra», ante la que «le dije “Hermano, no somos clérigos del Estado, somos pastores del pueblo”»; e invitó a los periodistas con los que estaba reunido a abordar «el lado de la guerra». Está muy bien «hacer un cálculo geopolítico, estudiar las cosas en profundidad. Pero también intenten transmitir el drama humano de la guerra, el drama humano de una mujer a cuya puerta llama el cartero y que recibe una carta de agradecimiento por haber dado un hijo a la patria, que es un héroe de la patria… Y así se queda sola».