El Papa encomienda al CELAM «ser fermento de evangelización» en su 70 aniversario - Alfa y Omega

El Papa encomienda al CELAM «ser fermento de evangelización» en su 70 aniversario

Saluda «con afecto a los pastores reunidos» en su 40 Asamblea General Ordinaria y les pide «salir al encuentro de quienes yacen en las periferias»

Rodrigo Moreno Quicios
León XIV con Jaime Spengler el pasado 15 de mayo
León XIV con Jaime Spengler el pasado 15 de mayo. Foto: Vatican Media.

70 años después de su primera conferencia general en Río de Janeiro, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) celebra su 40 Asamblea General Ordinaria en un clima marcado por la «gratitud, memoria viva y compromiso renovado». En ese contexto, León XIV —quien fue obispo de la diócesis peruana de Chiclayo— ha enviado este miércoles un telegrama al cardenal brasileño Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre y presidente del organismo. En su mensaje, saluda «con afecto a los pastores reunidos» y destaca la vigencia del CELAM como «signo de colegialidad al servicio del Santo Pueblo fiel de Dios que peregrina en ese amado continente».

Desde su fundación en 1955, el CELAM ha sido protagonista de momentos decisivos en la historia eclesial de América Latina. Hoy, en plena etapa de conversión sinodal, el Papa subraya la misión del organismo como «fermento de evangelización en contextos diversos y muchas veces dolorosos».

En su telegrama, el Santo Padre no rehúye los desafíos actuales. Por ejemplo, «un gran número de hombres y mujeres sufren la tribulación y la pobreza ocasionadas por las continuas crisis a escala continental y mundial». En ese contexto, recuerda que el centro de la esperanza cristiana sigue siendo «el Resucitado, quien protege y guía a la Iglesia reavivándola en la esperanza». Y encarga a los obispos «salir al encuentro de quienes yacen en las periferias, heridas por la injusticia, para anunciarles el Evangelio con la alegría que nace del encuentro personal con Él».

León XIV les ha llamado asimismo a discernir «iniciativas pastorales que lleven a soluciones según los criterios de la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio» en un marco de «comunión afectiva y efectiva».

En el cierre de su mensaje, el Papa confía los trabajos de la asamblea a «la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, madre de los pueblos de América», pide oraciones por su persona y concede su bendición apostólica como «prenda de abundantes bienes celestes».