El Papa encadena varios días tranquilos, sin ninguna crisis
El miércoles volvió a retomar el trabajo, pudo comulgar y recibió la ceniza
El Papa vuelve a enganchar varios días de buenas noticias. No han aparecido nuevas crisis respiratorias, así que Francisco ha podido aumentar ligeramente el ritmo de sus ocupaciones. De hecho, ha retomado el trabajo.
El último atisbo de esperanza ha llegado a primera hora de la mañana, con la información sobre cómo ha pasado la noche. Ha sido «tranquila», han dicho desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Y «ahora está descansando», han añadido.
Tras descansar bien, se espera que el Pontífice pueda retomar las actividades laborales que ya inició el miércoles, una jornada en la que también llamó a Gaza para hablar con Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia, y en la que recibió la ceniza al inicio de la cuaresma.
Por la tarde no pudo, lógicamente, presidir la Misa del Miércoles de Ceniza que estaba programada desde hace tiempo. Le sustituyó el cardenal De Donastis, que leyó la homilía que dejó preparada el Santo Padre. «Con la ceniza en la cabeza caminemos hacia la esperanza de la Pascua. Convirtámonos a Dios, volvamos a Él de todo corazón, volvamos a ponerlo en el centro de nuestra vida», pidió.
Y añadió: «Que el recuerdo de lo que somos, frágiles y mortales como cenizas esparcidas por el viento, sea iluminado finalmente por la esperanza del Resucitado. Y orientemos nuestra vida hacia Él, convirtiéndonos en signo de esperanza para el mundo».
Unas horas después de la celebración, la plaza de San Pedro volvió a congregar a un nutrido grupo de personas que se reunieron para rezar el rosario por el Papa Francisco y su salud. La oración mariana fue dirigida por el prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro.
«En este inicio de la Cuaresma nos reunimos en oración para rezar el santo rosario y contemplar los misterios de la vida de Jesús con la mirada de la beata Virgen María. Oremos juntos toda la Iglesia por la salud del Santo Papa Francisco. La Virgen María, Salus Populi Romani, le sostenga en este momento», dijo el cardenal De Donastis antes de pronunciar la primera avemaría.