El Papa en la Vigilia Pascual: «Llevemos la esperanza de la Pascua a los que se han rendido»
«Especialmente a los pobres y oprimidos de la tierra, las mujeres humilladas y asesinadas, los niños que nunca nacieron y las víctimas de la guerra. ¡Llevemos, a todos y a cada uno, la esperanza de la Pascua!», ha señalado Francisco en la homilía
En esta Noche Santa, la capilla papal de la basílica de San Pedro ha acogido la celebración de la Vigilia Pascual, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Un acto que no ha contado con la presencia del Papa Francisco debido a su recuperación médica. Sin embargo, el Pontífice se ha acercado a la basílica, en silla de ruedas y sin cánulas nasales para el oxígeno, un par de horas antes de la vigilia para orar delante de la tumba del apóstol y saludar a algunos fieles que se encontraban allí.
En la homilía que ha preparado el Santo Padre para la Vigilia Pascual y que ha sido leída por el cardenal Battista, nos recuerda que «la luz de la resurrección ilumina nuestro camino paso a paso», interrumpiendo la oscuridad de la historia y brillando en nuestros corazones. Sin embargo, Francisco señala también que «la Pascua del Señor no es un evento espectacular con que Dios se impone y nos obliga a creer», así como tampoco es un evento «que podemos vivirlo de manera despreocupada y sin dudas interiores». Más bien al contrario; «la resurrección es como pequeños brotes de luz que se abren paso poco a poco, sin hacer ruido, a veces todavía amenazados por la noche y la incredulidad».
En la vigilia, para la que se han congregado más de cinco mil fieles tanto en la basílica como en la plaza, el Papa ha hecho un llamamiento explícito: «Hermanos y hermanas, esta es la llamada que, sobre todo en el año jubilar, debemos sentir con fuerza dentro de nosotros: ¡hagamos germinar la esperanza de la Pascua en nuestra vida y en el mundo!». También cuando veamos «las sombras del mal» o cuando «sentimos las heridas del egoísmo o de la violencia». En esos momentos, Francisco invita a «no desanimarnos y volver al anuncio de esta noche».
El Santo Padre señala momentos concretos donde poder «reproducir la Pascua en nuestra vida y convertirnos en mensajeros de esperanza». Por ejemplo, «con las palabras, con pequeños gestos cotidianos o con decisiones inspiradas en el Evangelio. Toda nuestra vida puede ser presencia de esperanza», afirma. Especialmente para aquellos que sienten el dolor de la soledad, para «los que se han rendido, extraviado o caminan encorvados por el peso de la vida. Para los pobres y oprimidos de la tierra, las mujeres humilladas y asesinadas, para los niños que nunca nacieron y aquellos que son maltratados, para las víctimas de la guerra. ¡Llevemos, a todos y a cada uno, la esperanza de la Pascua!».

Más de 10.000 ramos de flores colorean ya la escalinata de la basílica de San Pedro para celebrar el día grande de la Resurrección del Señor. Las flores, que han viajado desde los Países Bajos, forman parte de una tradición de colaboración de más de 40 años entre el Vaticano y los floristas holandeses, repitiéndose año tras año.
Desde el Jueves Santo, los jardineros del Vaticano y los floristas trabajan juntos escogiendo, arreglando y colocando las flores para la Misa de Pascua. Además, este año con motivo del Jubileo, se podrán observar los colores del logotipo de los peregrinos del Año Santo.