El Papa define Roma como una «ciudad de puentes, no de muros» y anima a acoger e integrar a los migrantes - Alfa y Omega

El Papa define Roma como una «ciudad de puentes, no de muros» y anima a acoger e integrar a los migrantes

Europa Press
Foto: AFP / Andreas Solaro.

El Papa ha visitado esta martes el Ayuntamiento de Roma y ha dicho que es «una ciudad de puentes, no de muros» animando a acoger e integrar a los migrantes. Francisco se ha referido así a las periferias de la capital italiana que, según ha dicho «han visto la llegada, desde muchos países, de muchos migrantes que han huido de las guerras y la miseria».

Por ello, ha llamado a la ciudad eterna a «utilizar sus energías para acoger e integrar, para transformar las tensiones y los problemas en oportunidades de encuentro y crecimiento».

El Pontífice ha alabado los «tesoros espirituales, histórico-artísticos e institucionales de Roma» y ha dicho que necesita de «cuidados humildes» y de «coraje creativo» para no degradarse.

«Necesita de cuidados humildes y asiduos y coraje creativo para mantenerse ordenado y vivible, para que tanto esplendor no se degrade», ha señalado en un discurso que ha pronunciado asomado al único balcón de la ciudad en el que se pueden contemplar las vistas del Foro de Roma.

Acompañado por al alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, ha dicho que «la Ciudad Eterna es como un enorme cofre de tesoros espirituales, histórico-artísticos e institucionales, y al mismo tiempo es el lugar habitado por cerca de tres millones de personas que trabajan, estudian, rezan, se encuentran y llevan adelante su historia personal y familiar».

«Por lo tanto necesita de cuidados humildes y asiduos y coraje creativo para mantenerse ordenada y habitable, para que tanto esplendor no se degrade», ha dicho.

Francisco -el cuarto Pontífice que visita la sede de la alcaldía de la capital italiana- después de Pablo VI en 1966, seguido por Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2009, ha pedido «que Roma se mantenga a la altura de sus tareas y de su historia».

Finalmente, el obispo de Roma ha pedido que se promueva «un renacimiento moral y espiritual de la ciudad».