El Papa apela a la convivencia en Myanmar - Alfa y Omega

El Papa apela a la convivencia en Myanmar

Durante el ángelus, también se refirió a la dura realidad de los menores migrantes no acompañados, a los enfermos y a las personas que sufren la trata

Redacción
Foto: Vatican News.

El Papa Francisco expresó su preocupación por lo que está sucediendo en Myanmar tras el golpe de Estado militar, y pidió a los responsables que se regrese a una «armoniosa convivencia democrática», informa EFE.

Durante el rezo del ángelus, que volvió a celebrar ante los fieles asomado a la plaza de San Pedro desde el palacio pontificio, Francisco expresó su «viva preocupación» por lo que esta sucediendo en Myanmar, un país, dijo, «que desde los tiempos de mi visita apostólica llevo en el corazón con tanto cariño».

«En este momento delicado quiero mostrar mi cercanía espiritual, mi oración y solidaridad al pueblo birmano y espero que los tienen responsabilidades trabajen con sincera disponibilidad al servicio del bien común proponiendo justicia social y estabilidad para una armoniosa convivencia democrática», dijo.

El llamamiento del Papa se produjo cuando decenas de miles de personas tomaron este domingo las calles de varias ciudades a lo largo de Myanmar en desafío al nuevo Gobierno militar.

Francisco visitó Birmania en noviembre de 2017 y se reunió con Suu Kyi. En su viaje, que incluyó también Bangladés, el Pontífice expresó su cercanía a la minoría musulmana rohinyá.

Menores no acompañados

Por otra parte, el Pontífice puso el foco en los niños y jóvenes migrantes en todo el mundo: «Me gustaría hacer un llamamiento en nombre de los niños migrantes no acompañados».

Y añadió: «Hay muchos de ellos. Desgraciadamente, entre los que, por diversas razones, se ven obligados a abandonar su patria, siempre hay decenas de niños y jóvenes solos, sin sus familias y expuestos a muchos peligros».

En este sentido, dirigió su mirada a los Balcanes y a la dramática situación de los que allí se encuentran: «Asegurémonos de que a estas frágiles e indefensas criaturas no les falte la atención debida ni los canales humanitarios preferentes».

Jornada de Oración contra la Trata

También hizo varios llamamientos en defensa de la vida. El primero fue al recodar que, este lunes, en la memoria litúrgica de santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa que conoció la humillación y el sufrimiento de la esclavitud, se celebra la Jornada de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. «Este año —precisó el Pontífice— el objetivo es trabajar por una economía que no favorezca ni siquiera indirectamente estos rasgos indignos, es decir, una economía que nunca haga del hombre y de la mujer una mercancía, un objeto, sino siempre el fin: el servicio al hombre, a la mujer, pero no utilizarlos como mercancía».

En el segundo llamamiento, Francisco se unió a los obispos italianos en la celebración del Día de la Vida: «La libertad es el gran don que Dios nos ha concedido para buscar y realizar nuestro bien y el de los demás, empezando por el bien primario de la vida».

Ante la celebración, el próximo 11 de febrero, de la Jornada Mundial del Enfermo, el Papa recordó que cuidar a los enfermos «no es una actividad opcional para la Iglesia, no es un accesorio». Y continuó: «Forma parte integrante de su misión: llevar la ternura de Dios a la humanidad sufriente. No se puede mirar a nadie desde arriba si no es para ayudarle a levantarse».

Como anécdota, saludó desde la ventana a ocho religiosas de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, que estaban presentes en la plaza de San Pedro: «Veo las religiosas españolas, son fantásticas. Siempre están ahí, con lluvia o con sol».