El obispo de San Sebastián defiende el Sagrado Corazón de Urgull: «Su génesis» es «religiosa»
El monumento «no surgió en 1950, ni tampoco se diseñó con fines ideológicos en tiempos de la dictadura», subraya Fernando Prado que ha salido al paso de las formaciones políticas que tratan de vincular la imagen al franquismo
El obispo de San Sebastián, Fernando Prado, ha salido al paso de la propuesta de Bildu y Podemos para incluir el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, situado en el monte Urgull, en el catálogo de símbolos «contrarios a la memoria democrática» por su supuesta vinculación al franquismo. La intención última de ambas formaciones políticas es la retira de la imagen, aunque mientras tanto han solicitado que «no se haga ningún acto de conmemoración del 75 aniversario de su construcción» —que se cumple este año—, ni tampoco ningún trabajo de restauración, como se está haciendo en la actualidad.
«Frente a esa tesis difícil de probar desde el rigor histórico, particulares e instituciones solventes que conocen y han investigado sobre la historia del monumento han certificado que su génesis y su finalidad responden a una motivación exclusivamente religiosa y popular, ajena a cualquier propaganda político-partidista», ha escrito Prado en una extensa carta pastoral, titulada La memoria en el corazón, publicada con motivo de los tres cuartos de siglo del monumento y también de la diócesis.
«La idea de levantar un monumento al Sagrado Corazón en el monte Urgull no surgió en 1950, ni tampoco se diseñó con fines ideológicos en tiempos de la dictadura. Desde un ejercicio honesto de la memoria, no hay razones para afirmar o fundamentar con rigor histórico lo contrario», aclara el obispo. Y añade: «Su origen se remonta en torno al año 1926 con ocasión de la difusión que en Gipuzkoa tuvo la entronización del Corazón de Jesús en las familias y en los pueblos, impulsada tras la encíclica Quas primas del Papa Pío XI sobre la realeza social de Cristo (1925), que instituía la fiesta de Jesucristo Rey del Universo. Pero la devoción al Sagrado Corazón y la idea de alzar un monumento en la ciudad venían de antes».
Ya en el siglo XVIII, tal y como refiere Fernando Prado en la carta pastoral, los jesuitas Agustín de Cardaberaz y Sebastián de Mendiburu «habían sembrado y hecho nacer la devoción al Corazón de Jesús con predicaciones, impulsando más de doscientas cofradías y difundiendo miles de imágenes del Corazón de Jesús en parroquias e iglesias de toda Gipuzkoa».
Lo que sí ocurrió en 1950, después de una masiva cuestación popular que hizo posible levantar el monumento, fue la ceremonia de inauguración, que fue «exclusivamente litúrgica». De hecho, esta se llevó a cabo sin presencia de autoridades del régimen ni símbolos políticos. El acto estuvo presidido por el primer obispo de San Sebastián, Jaime Font y Andreu, con un radiomensaje dirigido para la ocasión por Pío XII que fue escuchado en la ciudad a través de megafonía.
Más allá de la polémica, la carta insiste en el valor cultural y religioso del Sagrado Corazón de Urgull como «patrimonio vivo» que forma parte del paisaje y de la memoria de la ciudad. Una perspectiva que «compartimos la mayoría creyente de donostiarras». En estas «circunstancias», el obispo considera que es «un momento propicio para reafirmar la presencia del Sagrado Corazón en nuestra ciudad y, al mismo tiempo, desde la fe, confiar la ciudad de San Sebastián y a todos sus habitantes a su cuidado y protección». Y concluye: «En un mundo azotado por la prisa, las tensiones, la polarización y, no pocas veces, el desencanto, esta devoción nos ofrece una invitación: Jesús, corazón abierto, nos llama a entrar en su paz».