El Ferrari del padre Pío - Alfa y Omega

El Ferrari del padre Pío

La inquietud periodística de José María Zavala le llevó hasta San Giovanni Rotondo tras las huellas del padre Pío. Allí, un discípulo del santo fraile capuchino le enumeró uno a uno todos los pecados mortales de su vida. Fue el comienzo de la conversión del periodista y escritor, y el inicio de una prolífica producción editorial y audiovisual sobre el fraile de los estigmas, que ahora añade una nueva obra a la lista. «Tengo la sensación de que el padre Pío me ha subido en su Ferrari y ha pisado a fondo para salvar almas»

José Calderero de Aldecoa
José María Zavala y Paloma Fernández-Gasset en su casa junto a una imagen del padre Pío. Foto: José Calderero de Aldecoa

Renacidos no solo es el título de su último libro y de su última película, también podría ser el eslógan de los últimos años de la vida de José María Zavala, que decidió confesarse después de percibir con claridad que «si seguía con el tipo de vida que llevaba, me condenaría», asegura el periodista y escritor a Alfa y Omega. «Recibí una buena educación católica, mis padres eran de Misa y comunión diaria, pero mi vida transitó por otros derroteros y me fui alejando paulatinamente de Dios hasta llegar a vivir en el abismo. 15 años después, el Señor se apiadó de mi alma». Este es el tiempo que Zavala pasó sin confesarse y solo lo volvió a hacer después de que el padre Pío irrumpiera en su vida a través de unos amigos. «Nos invitaron a su casa para ver una película del santo capuchino. De camino, pensé: “Tragarse una película de un fraile de tres horas y media, puf, lo que hay que hacer por amistad”». Al acabarla, «me recriminé como periodista no conocer a este gigante de la santidad que había tenido los estigmas de Cristo y que se paseaba por el mundo gracias al don de la bilocación». De ahí nació el interés de Zavala por el fraile. Poco después, programó un viaje al mítico monasterio donde residió gran parte de su vida, San Giovanni Rotondo, con la intención de escribir un libro sobre él.

Durante su investigación, Zabala entrevistó a varios hijos e hijas espirituales del santo. Pero cuando le lanzó sus preguntas al sacerdote Pierino Galeone, que permaneció cerca de un cuarto de siglo junto al padre Pío, fue cuando le cambió la vida. «Estuve con él más o menos una hora. No apartaba su mirada de la mía. Al acabar la entrevista, me dijo: “José María, confiésate”. Ante mi sorpresa, el sacerdote continuó y me preguntó: “¿Me vas a decir tus pecados o te los digo yo?”. Opté por lo segundo y empezó a enumerarme todos y cada uno de los pecados mortales que había cometido yo desde los 6 años, con fechas, nombres y situaciones concretas». La experiencia fue «como un shock traumático» que le cambió la vida a Zavala. Además, con ella, «el padre Pío me hizo ver que yo estaba allí no para escribir un libro mío sino suyo». Aquel primer libro se publicó en el año 2010 y ya se han hecho 20 ediciones en España. «Sigue siendo un instrumento poderosísimo para la conversión de muchísimas personas que, como yo, estaban alejadas de Dios. Conozco, de hecho, a centenares de personas, con nombres y apellidos, que se han convertido a través de ese libro». Pero lejos de ser un caso aislado, tras cada obra publicada sobre el santo fraile capuchino, José María Zavala empezó a recibir un sinfín de testimonios de personas que habían vuelto a Dios. Hasta el punto de que «tengo la sensación de que el padre Pío me ha subido en su Ferrari italiano y ha pisado a fondo para salvar almas», confiesa. De todos los testimonios, Zavala ha seleccionado 25 —incluido el suyo— y los acaba de presentar recientemente en formato libro (Editorial Nueva Eva) y película (Forgione Films) bajo el título de Renacidos. «Son las historias de algunas de las muchas personas que han vuelto a empezar de nuevo tras una curación milagrosa o que han experimentado una conversión gracias a la intercesión del padre Pío», explica Marta Moreno, directora de la editorial.

Como una hermana

La conversión de José María afectó de lleno a su vida sentimental, «porque estaba viviendo en una situación irregular. Compartía mi vida con Paloma [Fernández-Gasset], con la que tenía dos hijos, pero no estábamos casados. Ella había conseguido la nulidad de su anterior matrimonio, pero yo, después de nueve años, todavía no. Le dije que no podíamos seguir así, que no estábamos casados a los ojos de Dios y que teníamos que vivir como hermanos». Al principio no lo entendió y pensó, incluso, que José María había dejado de quererla. «Al final se le abrió la mente, nos fuimos a confesar y pusimos en orden nuestras vidas. Pusimos todo en manos de la Virgen, a la que le prometí rezar el rosario todos los días, y en manos del padre Pío, nuestro gran intercesor». Empezaron a ir todos los días a Misa y José María pudo volver a comulgar después de 15 años. «Fue algo indescriptible. Imagínate recibir de nuevo a Jesús. Desde entonces, no me lo he perdido ni un solo día. Es lo más grande que hay». Nueve meses después de fiarse de Dios y reconducir su vida, José María recibió la nulidad de su matrimonio y se pudo casar con Fernández-Gasset. Nueve meses que equivalen a un renacimiento y que le sirven a Zavala para titular su libro, su película y su vida.