El fantástico mundo de Diverplay: De cómo hacer feliz a un niño - Alfa y Omega

Cuando tengo que realizar la crítica de un espectáculo infantil voy siempre acompañado de un artilugio. Es un aparato que no falla nunca. Y es capaz de indicarme con escaso margen de error si la función ha sido buena o mala. Eso sí, el aparato en cuestión consume mucho, y requiere de muchos cuidados. Y necesita de un suministro importante de cariño, aunque luego te lo devuelve multiplicado por diez. El aparato se llama María, tiene ocho años y es mi hija.

Tiene un sensor que mira fijamente, con los ojos muy abiertos, al escenario, y a medida que los abre más y más me va indicando que la obra es buena. Hay otro sensor que sonríe abiertamente, a veces ríe a carcajadas. Ese sensor está conectado con mi rostro. Porque cuando eso ocurre se me ilumina la cara.

Si además el aparato se pone a bailar, cantar y jugar en mitad de la función es que la cosa va teniendo muy buena pinta. Si al final te dice que le ha gustado mucho y te da un beso, entonces ya te derrites en la butaca y hasta te olvidas de hacer la crítica.

Pues eso es lo que me pasó la otra tarde en el Teatro Galileo. El grupo musical Diverplay monta en la escena un espectáculo en el que el juego, las canciones, y una eficaz coreografía se convierten en protagonistas de una función que cuenta con la inestimable colaboración de todos los niños del público, y de casi todos los padres, que cantan, bailan y ríen sin parar. Gala, Lola, Tina, Tito, Mara, Fito, Rita, Roni y la estrella Agapita nos llevan a un universo de color, de chanzas y de música con el que consiguen convencer al osito Pedrito de lo increíblemente divertido que puede ser el colegio.

Sólo se le puede poner un pero, y es el abuso de música enlatada. Pero los niños ni lo notan. Y la voz de Gala lo hace olvidar, en ocasiones, a los adultos. Los ritmos hip hop, rock, dance o salsa se combinan con la simpatía y frescura de los personajes, que terminan bailando entre los niños, hablando y fotografiándose con ellos en la salida.

Hay muchas maneras de hacer feliz a nuestros hijos. Una de ellas es llevarlos al Teatro Galileo. Lo agradecerán.

El fantástico mundo de Diverplay

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Galileo

Dirección:

Calle Galileo, 39

Metro:

Quevedo

OBRA FINALIZADA