El cardenal Osoro presenta este lunes el libro El diácono, pobre y fiel en lo poco - Alfa y Omega

El cardenal Osoro presenta este lunes el libro El diácono, pobre y fiel en lo poco

Carlos González García

El lunes 3 de diciembre, a las 19:30 horas, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, preside —en el Salón de Actos del semanario Alfa y Omega— la presentación del libro El diácono, pobre y fiel en lo poco, de Pedro Jara. Diácono permanente de la archidiócesis de Madrid desde hace siete años, está casado y tiene tres hijos. Cristiano de vocación y docente de profesión, conforma su identidad neocatecumenal y diaconal desde una pertenencia eclesial que plasma en un libro que nace por una intuición personal: «A lo largo de todo el proceso de formación y preparación, desde que siento la llamada al diaconado, uno acaba dándose cuenta de que la centralidad no está tanto en lo que hace un diácono, sino en lo que es». Y esa identidad, subraya, se resumen en «visibilizar dentro del mundo la imagen del Cristo siervo y servidor». A partir de ahí, «surge una reflexión de cómo se concreta esto de cara a todos los hermanos», y ese detalle «es lo que acontece en el libro».

«El libro es una obra de la Iglesia, no mía»

El autor destaca la satisfacción que supone la presencia del purpurado madrileño en el acto, pues «significa mucho» porque «es mi pastor y es un motivo de alegría». El libro, propone, «no es algo personal mío». De hecho, «me alegra mucho que lo haya editado EDICE —de la Conferencia Episcopal—, y que haya pasado por manos de comisiones y de obispos, porque si tiene que ser, que sea un fruto de la Iglesia y no de un autor concreto».

Para mí «supone un respaldo que sea el propio arzobispo quien lo presente», ya que «si así lo hace, es porque es un libro que sirve para dar gloria a Dios y para nuestros hermanos». Es, repite, una y otra vez, «una obra de la Iglesia, no mía», ya que «yo no he puesto ahí nada que no me haya regalado la Iglesia antes, desde que nací». Un libro, de principio a fin, para todos: «Es para todos aquellos que sirven a la Iglesia de cualquier modo».

«Todo se reduce a que somos pobres instrumentos»

Respecto al título –El diácono, pobre y fiel en lo poco–, Pedro reconoce que «es una de las facetas que se resaltan dentro del servicio a la Iglesia: o es desde la pobreza o no se pude servir a los pobres». El diácono, incide, con humildad y sin pretensiones insignes, «o entra dentro de la servidumbre del siervo de Yahvé, como el mismo Jesucristo en la Cruz, o no es capaz de visibilizar más que a sí mismo».

Esa es la «tensión» que gira en torno al libro. «Al final, ¿quién queremos que aparezca? ¿El diácono o Cristo al que representamos?», cuestiona el autor. Porque «todo se reduce a que somos pobres instrumentos» y que «nos hemos puesto en manos de Dios para que sea Él quien aparezca delante de nuestros hermanos».

«Cristo siervo es capaz de amarnos hasta el extremo»

Jara confiesa que la labor fundamental del diácono es «visibilizar dentro de la Iglesia y entre nuestros hermanos la figura de Cristo siervo», que «da la vida por todos nosotros y es capaz de amarnos hasta el extremo». Las formas que tiene el diácono de hacerlo es a través de la Palabra, la predicación, la liturgia y el ministerio de la caridad, «pero dejando que sea Dios el que obre».

El reto, afirma, «es ver en el otro a Cristo». En este sentido, enumera las «formas privilegiadas en las que se visibiliza a Cristo», como son «los pobres y las situaciones de debilidad y de fragilidad del ser humano». «Cuando nosotros servimos a los pobres, ya no solo desde el punto de vista material sino también espiritual, tenemos que tener en cuenta que les llevamos el consuelo de Cristo y que estamos viendo a Cristo en ellos». Es «un misterio y un privilegio inmerecido», concluye, «ver al Cristo sufriente en ellos y poder tocar a los enfermos y a los pobres».