David Abadías: «Debemos esforzarnos para estar en el mundo de la cultura» - Alfa y Omega

David Abadías: «Debemos esforzarnos para estar en el mundo de la cultura»

El nuevo obispo auxiliar de Barcelona ve necesario que haya laicos bien formados para dialogar con la sociedad. Como historiador, dice que la Iglesia no vive su peor momento

Fran Otero
El prelado recibió la ordenación episcopal el pasado sábado en la basílica de la Sagrada Familia. Foto: Europa Press / Lorena Sopena.

Le ha llegado la mitra el año en que cumple 25 años como sacerdote. ¿Cómo surgió la vocación?
En una parroquia de Barcelona. El origen fue en una salida parroquial, durante la comida, al ver al sacerdote de mesa en mesa. Era feliz y la gente reía. Quería ser como él. Luego la vocación va tomando forma, pero lo primero que me llamó fue ver un sacerdote feliz.

Como sacerdote, los jóvenes han sido una prioridad.
Es un campo apasionante y bonito. Hay que acompañarlos, dedicar muchas horas, tomar algo con ellos, pasar ratos que parecen perdidos. En mi caso, he estado muchas horas hablando de sus partidos, yendo a verlos. Cada momento abre el corazón y da pie a muchas cosas, y lo que parece que no sirve, sí lo hace. Tengo otra imagen, la de los jóvenes entrando y saliendo de la casa parroquial: iban a la cocina y sabían dónde estaba cada cosa… Deben sentir que la Iglesia es su casa y tener la libertad de expresarse como son.

Se especializó en Historia y es profesor en la universidad. ¿Por qué?
Si no hubiese entrado al seminario, habría estudiado Historia. Evidentemente, al formarme para el sacerdocio, todo iba dirigido a la Filosofía y la Teología. Estaba estudiando Biblia cuando el entonces obispo auxiliar de Tarrasa, José Ángel Saiz Meneses [hoy arzobispo de Sevilla], me propuso ir a Roma a hacer el doctorado sobre Sagrada Escritura en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fui, pero como el curso ya estaba empezado —era un mes de enero— me dijeron que me tendría que esperar al siguiente. Me vi volviendo a Barcelona, pero al salir me encontré con la puerta del Decanato de Historia y pregunté. No me pusieron ningún problema y me quedé estudiando Historia, porque, además, se necesitaba en Barcelona un profesor especializado en la Edad Media.

Hablando de la Edad Media, ¿por qué tiene tan mala fama?
Fue un tiempo difícil. De pandemias y guerras, como el nuestro. Pero si hacemos comparaciones, el siglo XX fue mucho peor. En los siglos XVII y XVIII se empezó a ver la religión como algo oscurantista, contrario a la razón, y se creó una leyenda. Y ha triunfado. La Edad Media tuvo muchas dificultades, pero también belleza. Fue la edad del gótico, de las universidades, de los primeros grandes descubrimientos. Hubo un montón de realidades llenas de luz. En el fondo, el último regalo que nos dejó esta etapa es el renacimiento. No es justo decir que fue la época más oscura.

Bio

Nació en Barcelona en 1973 y fue ordenado sacerdote en 1998. Con la división de la archidiócesis de Barcelona en 2004, se incardinó en Tarrasa. Allí ha sido párroco, arcipreste y delegado de Catequesis. Esta labor la ha compaginado con la docencia en la Facultad de Teología de Cataluña y en la Facultad Antoni Gaudí de Historia, Arqueología y Artes Cristianas.

¿Qué puede aprender la sociedad y la Iglesia de hoy de aquella época?
Sobre todo, la firmeza en la experiencia de la fe. Tenían una vida más corta que la nuestra y muchas más limitaciones, pero estaban profundamente unidos a Dios. Nuestro tiempo tiene más dificultades con la trascendencia. La Iglesia estaba muy encarnada, con grandes experiencias de sacerdotes y monjes que compartían la vida con su pueblo. Hoy debemos volver a transmitir a la sociedad la alegría del Evangelio. Hay que ayudar al mundo a vivirla, a recuperar lo más hondo y necesario.

¿Vive la Iglesia el peor momento de la historia?
Como dice Charles Dickens, el mejor y el peor de los tiempos es el que cada uno vive. La Iglesia ha vivido momentos más difíciles que el actual. Pensemos en los sacerdotes de la Francia revolucionaria. Más que ver si es peor o mejor, debemos contemplar a los que nos han precedido. Por ellos estamos hoy aquí. Mantuvieron la esperanza y transmitieron el Evangelio. Nosotros tenemos que hacer lo mismo.

¿Es la presencia de la Iglesia en el mundo de la cultura un reto?
Es uno de ellos. Por ejemplo, en Barcelona creamos la Facultad Antoni Gaudí de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas con la intención de estar presentes en este mundo. Venían de otras universidades a explicarnos nuestras catedrales y basílicas y lo hacían con un discurso que no era el nuestro. Hay otra forma de mostrarlas, más honda y acertada. La Iglesia debe esforzarse para estar en el mundo de la cultura. Y formar a los laicos. Necesitamos gente formada y con raíces cristianas para estar en diálogo con el mundo.

¿Cuál va a ser su prioridad como obispo auxiliar?
Estar al servicio de lo que diga el cardenal y ser un colaborador constante y leal. Me gustaría atender a los sacerdotes. Es importante cuidar al cuidador, para que luego puedan atender a los demás. La primera parroquia de un obispo son los sacerdotes.