Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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¿Agua, o lágrimas?

Señor Rajoy: ¿de qué va? «Está lloviendo mucho»: éstas fueron sus primeras palabras tras la resolución de Estrasburgo sobre la doctrina Parot. ¿De veras cree que era eso, agua, lo que caía abundantemente? No, no era agua, ¡eran lágrimas! Era una lluvia de lágrimas que, desde el cielo, caían a borbotones: ¡las de todas las víctimas a las que los asesinos etarras arrebataron salvajemente su derecho humano de vivir! Lágrimas que, desde la tierra, suben al cielo, pidiendo justicia, y que eran tántas que el cielo no las pudo contener y las dejó caer sobre usted, para ver si, al menos, era capaz de decir algo más que está lloviendo.

Buenos paraguas se ponen ustedes los políticos, para no mojarse con las lágrimas ensangrentadas de todos los familiares de las víctimas, tanto del terrorismo como de violaciones y asesinatos. Porque, ¿sabe usted una cosa?: a sus hijos, padres o hermanos les arrancaron de cuajo la vida. ¿Prioridad a los derechos de los que descuartizan el derecho humano elemental que es la vida?

Señor Rajoy, señores políticos del color que sea: ¿qué estáis haciendo?; ¿sabéis lo que estáis haciendo? No quiero gastar más palabras. Sólo dejo que mis lágrimas se unan a las de las víctimas de tanto terror, esperando que alguna vez los derechos humanos, sean, de veras, humanos.

Mª Luisa Hernández
Granada

La cultura del encuentro

Siempre habrá esperanza cuando el ser humano ponga a Dios como principio de todo, como la fuente de las verdades del hombre, el que ha creado el cielo y la tierra. El hombre y la mujer no son producto casual de la evolución, sino signo viviente del poder de Dios. Sin embargo, han sido creados y llamados con responsabilidad para su propia salvación, y separarnos de la fuente de la vida lleva al hombre a su destrucción. La evolución del ser humano está en el razonamiento, la libertad, la conciencia y la voluntad. No hay nada más lejos de la verdad que la violencia alimentada por el odio, y la falta de conciencia que anula el interior del individuo. El viejo continente se ha dejado arrastrar por la contaminación de ideologías materialistas, que ofrecen un efímero placer que deja insatisfecho, y que obedece a la cultura del tener en vez del ser. El ser humano está creado para ser feliz, disponiendo su existencia a las leyes divinas, con fraternidad de ánimo. Sin embargo, en el siglo XXI, cuando la ciencia alcanza logros inimaginables, hemos dejado en el camino algo tan esencial como la interioridad, que hace posible ir al encuentro con el Creador.

Ana María Gómez
Andújar (Jaén)

¡De lo que me he enterado!

He comenzado, en mi parroquia, los Talleres de Oración, del padre Ignacio Larrañaga, y estoy maravillada. Me he enterado de que Dios es un Padre bueno que me ama incondicionalmente, que me perdona y acompaña siempre, que vigila mis sueños. Me he enterado de que Jesús descubrió cómo era su Padre y que le llamó Abba, papaíto, y que hablaba con Él con confianza y ternura. Me he enterado de que cada uno somos sus hijos queridos, como si fuéramos su único hijo, que lleva nuestro nombre grabado y nos ama siempre gratuitamente, sin que lo merezcamos. Me ama sin ningún interés, porque Él es el Amor. Me he enterado de que los alejados, los pecadores y los pobres son sus preferidos, que la manera de atraer a los pecadores es con amor y no con amenazas. Me he enterado de que en el amor no hay temor, que el mal del amor es el temor, que Dios nos recibe con los brazos abiertos. Me he enterado de que los últimos serán los primeros; que el fracaso, la enfermedad, la muerte llegarán, pero aparecerá el amor y desaparecerá el temor, el fracaso, la enfermedad; incluso la muerte. Me he enterado de que el primero en entrar en el paraíso fue un ladrón, un asesino. ¡Qué fuerte! ¿A que es para estar maravillado? Todo esto ya me lo habían dicho, pero soy una olvidadiza… Ahora me lo voy a escribir para leerlo cada día y que no se me olvide, para vivir siempre feliz, sentirme amada por Dios y dejarme amar por Él, no tener miedo a nada y estar en presencia de Dios.

Teresa Martínez Espejo
Albacete

La Trinidad y el Jubileo de san Juan de Ávila

La cosmovisión cristiana, percibida por el amor de Dios a sus hijos, se hace más clara a través del símbolo: vemos, por la fe, cómo son reconocidos los santos por nuestra Iglesia, cuando permanecen fieles a Dios, Uno y Trino. Éste es el caso del Maestro de santos, Patrono del clero secular español y Doctor de la Iglesia, san Juan de Ávila, un cléricus cordubensis, como le gusta llamarlo a nuestro querido obispo don Demetrio. Era ferviente la adoración y amor que sentía, enseñaba y proclamaba sobre la Santísima Trinidad, a Quien descubrió reflexionando y orando el Sacrificio Redentor de Cristo. Para que la cristiandad repare en esta reciprocidad de entrega amorosa y trato entre el santo y la Trinidad, Ésta ha permitido que la Santa Sede sea mediadora, a petición de nuestro obispo, para ampliar a un trienio el Jubileo dedicado en honor de tan insigne santo. Es decir, tres años jubilares, uno por cada Persona Divina: Padre, Hijo y Espíritu Santo, mostrando simbólicamente su presencia en el Jubileo Avilista.

Manuel Armenteros Martos
Córdoba

Sobre el aborto…

Sobre el aborto se ha creado una polémica de derechos en la que no se ha tenido en cuenta el fundamental, que es el derecho a la vida. Este derecho se ha dejado de lado tanto tiempo que hoy se encuentra fuera del entendimiento de la sociedad. Yo, una persona joven con muchas conversaciones sobre el tema, puedo asegurar que ¡gran parte de la juventud ignora este derecho fundamental, constitucional y, sobre todo, moral. ¿Y a éstos que les importa que la gente aborte?, me decían en una ocasión, con una cita que refleja el desconocimiento de un mal evidente. No hay que olvidar que el fruto de un hijo es el cultivo de dos, por lo que no se trata de una decisión personal, sino de una ilusión de algo tan básico como es el amor.

Obed Madrid Calvo
San Carlos de la Rápita (Tarragona)