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Sorpresa ha causado que el Business Insider, una web especializada en asuntos económicos y de finanzas, haya publicado un artículo titulado: Es tiempo de admitirlo: la Iglesia siempre ha tenido razón con el control de la natalidad. Los autores indican las consecuencias producidas en la disociación entre amor, matrimonio, sexo, coincidiendo con la encíclica Humanae vitae. Han sido varias las consecuencias del control de natalidad: en la actualidad no se puede dar por sentado que alguno de los padres sea necesariamente responsable de sus hijos; en 1960 solo el 5,3 % de los bebés nacían de mamás solteras; para el 2010 el porcentaje ascendía a 40,8 %. En esos mismos años, tres cuartas partes de los hogares estaban compuestos por matrimonios casados; en la actualidad apenas llegan al 48 %. La reducción de la mujer a un mero objeto de placer está ligada al usa y tira que hacen de ella los anticonceptivos; y muchas niñas en China y en muchos otros países son abortadas. Por todo ello, los autores consideran que «la posición de la Iglesia en materia de reproducción es algo completamente acertado, la Iglesia se ha demostrado bastante profética». El control de la natalidad ha influido negativamente en las personas, en sus familias y en el problema demográfico de muchos países industrializados.
Acaban de clausurarse los distintos cursos y con unas vacaciones a la puerta. En estas vacaciones descanse y recupere fuerzas. Aprenda a orar con la naturaleza, en los remolinos de las olas, en la dulzura de la playa, en la reciedumbre de la montaña, en el embrujo del cielo azul y también estrellado. Llene su macuto de sonrisas cada mañana y vuelva cada tarde con él vacío de tanto repartirlas. Colabore con su familia siempre echando una mano. Haga amigos, habrá contribuido a su felicidad. No hable tanto y escuche más. Mire a todos con amor, se acordarán de usted siempre. Acompañe a alguien cuando esté solo, habrá hecho de cireneo. Y si es creyente, piense sencillamente en Dios, es refrescante estar con Él. Son ideas que nos ayudarán posiblemente a descansar, a ser más hermanos y a ser más felices.
Cuando Jesucristo dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí», pienso que se refería a su presencia física, pero esencialmente a su enseñanza religiosa. Ninguna ley puede prohibir la asignatura de la Religión católica porque la ley está sujeta al derecho natural, y este al derecho divino. Otra cosa es que la Religión no se exija para aprobar un Bachillerato o una licenciatura. No olvidemos que España está basada en la cultura cristiana y romana.