Cáritas concluye su asamblea general con una llamada a «agitar a la comunidad cristiana»
La organización responde a los retos que sus voluntarios identifican como prioritarios y pide «vivir la dimensión social y cultural del cristianismo»
La LXXXIV Asamblea General de Cáritas ha concluido este viernes validando la nueva estrategia de voluntariado confederal. «El momento del voluntariado en Cáritas es apasionante. Contamos con el tesoro de decenas de miles de personas que cada día siembran esperanza en los procesos de acompañamiento a quienes son descartadas por nuestra sociedad», señala la Declaración final del encuentro.
En este espacio anual confederal, los representantes de las 70 Cáritas diocesanas han constatado los cambios que se tienen que impulsar tanto en las personas como en la institución para que el futuro encuentre a Cáritas preparada con un voluntariado capaz de ir cambiando con la sociedad. Para ello, la Asamblea apuesta por construir una Cáritas que responda a los retos que los voluntarios han identificado como prioritarios: promover un acompañamiento y una formación más adaptadas a las necesidades del voluntariado.
Junto a ello, la organización ha renovado su compromiso de «acoger la diversidad de nuestro voluntariado y asumir mayor flexibilidad; favorecer el protagonismo del voluntariado y la construcción de vínculos comunitarios; mejorar la comunicación interna con las personas voluntarias y con la sociedad sobre qué es y qué hace el voluntariado en Cáritas; cultivar la identidad de Cáritas y el sentido del voluntariado como acción social transformadora; y acometer cambios organizativos que respondan a la necesidad de acompañar más y mejor a las personas voluntarias».
En su Declaración final, los miembros de la asamblea lanzaron una invitación «a escuchar y acoger a los excluidos, lo que nos exige también denunciar el escándalo persistente de unas estructuras sociales, políticas y económicas generadoras de una desigualdad intolerable».
Por su parte, Luis Argüello, presidente de la CEE, animó a los miembros de Cáritas a cumplir con la misión de «agitar a la comunidad cristiana para que vivamos la dimensión social y cultural del cristianismo, porque sembrar el reino de Dios en la historia es cosa de todos».