Cardenal Tolentino: «La universidad es la historia de una amistad» - Alfa y Omega

Cardenal Tolentino: «La universidad es la historia de una amistad»

El prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación visita la Universidad San Dámaso con ocasión de la festividad de santo Tomás de Aquino

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El cardenal Tolentino en un momento del acto celebrado en San Dámaso
Un momento del acto celebrado en San Dámaso. Foto: UESD.

«Puede parecer raro delante de tantos desafíos del mundo contemporáneo hacer una charla sobre la amistad, que parece un tema antiguo y con poco para decir, porque la amistad es parte de la vida de todos los días, pero pocas veces la reflexionamos con mayor profundidad». Lo afirma el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, que este lunes ha realizado un Elogio de la amistad con motivo de la festividad de santo Tomás de Aquino que ha celebrado la Universidad San Dámaso.

En declaraciones a Alfa y Omega ha señalado que, «en su esencia, la universidad es una historia de amistad, porque la universidad nació de la amistad entre maestros y alumnos, que juntos buscaban la verdad». Esta amistad continúa hoy, ya que «las universidades existen porque se establece una calidad de relación, de confianza, que podemos describir como amistad entre personas para hacer juntos un camino».

En este sentido, la comunidad académica «es una asociación de amigos para la búsqueda de la verdad», y en la universidad «se aprende a ser amigo, antes de todo, de la verdad». Así, el paso por las aulas «debe ampliar nuestra sed de verdad», pues constituye «un laboratorio de búsqueda». De este modo, la amistad por la verdad y el conocimiento «nos debe definir absolutamente» y apuntar «a una dimensión práctica», formando a los alumnos «para objetivos muy concretos, pensando en ser útil», lo cual no debe eclipsar «la pasión por la búsqueda de la verdad».

El valor de una universidad eclesiástica

«Nuestras sociedades contemporáneas están llamadas a ser sociedades de conocimiento, porque es un valor», ha señalado a este periódico el cardenal Tolentino, algo a lo que contribuye una entidad como San Dámaso, ya que «en ella se cultivan ciencias que tienen un papel esencial, porque sin ellas la sociedad se queda empobrecida». Así, una universidad eclesiástica «tiene un papel público y ofrece una gran contribución para la construcción de la sociedad».

En relación con esta búsqueda, ha habido en España un debate interesante en los últimos años, pues hay quien ha echado de menos más visibilidad de los intelectuales católicos en el mundo de la cultura y de las artes. ¿No hay suficientes católicos en esos ambientes, o es más bien una cuestión de audacia a la hora de mostrar públicamente la propia fe? El cardenal Tolentino responde que «nuestras sociedades democráticas son sociedades plurales y polifónicas, en las que son necesarias y valoradas todas las contribuciones». Por este motivo, «no se entiende la persona humana, su destino, su deseo más profundo, su dignidad y realidad, sin la clave de la religión», de ahí que hablar desde el punto de vista de la religión sobre las cuestiones vitales del ser humano «es imprescindible».

De la misma manera, «la contribución que hace la visión cristiana de la vida y la existencia humana es única, y la vida democrática se empobrece de modo muy preocupante si se descarta esta contribución». Por ello, «es muy importante que los cristianos estén en la vida pública y reflexionen partiendo de las fuentes de su fe, del magisterio y de la doctrina social de la Iglesia y establezcan un diálogo social muy cercano, presente, en todos los medios, los tradicionales y los nuevos medios digitales».