Ataques a colegios concertados católicos durante la huelga de enseñanza. «Alguien ha tenido que incitarlo»
Las protestas de la pasada semana contra los recortes en educación derivaron en asaltos y ataques contra varios colegios católicos. Los hechos más graves sucedieron en el Colegio Salesiano María Auxiliadora, de Mérida. El director, el padre Marco Antonio Romero, atribuye estos hechos al anticlericalismo que se está inculcando a los jóvenes en España
La primera sorpresa que se llevó el padre salesiano Marco Antonio Romero, ante los cerca de 100 jóvenes que asaltaron el colegio María Auxiliadora de Mérida, fue comprobar que conocía a varios de ellos. «Suelen participar en las actividades» deportivas y lúdicas que organizan los salesianos, o incluso van a sus campamentos de verano. «Uno de ellos me vio y agachó la cabeza, avergonzado», cuenta.
«Son buenos chavales, que en estos años no nos han dado ningún problema», dice el director del colegio. Los días siguientes al ataque, algunos de los chicos «me preguntaban, por las redes sociales, cómo estaba». ¿Cómo se explica entonces su participación en el asalto? La única respuesta que encuentra él es que «se han dejado llevar. Alguien ha tenido que incitarlos».

Los hechos más graves se produjeron cuando diez chicos accedieron al interior del edificio, profiriendo soflamas anticlericales y violentando al personal que encontraban a su paso, mientras se desarrollaba la actividad normal del centro, donde estudian unos mil niños, desde Infantil a Bachillerato. Entre el viernes y sábado pasado, la policía detuvo a cuatro personas —entre ellas un militante de IU— como instigadores de los hechos.
Tras el asalto al colegio, la Cadena COPE sufrió el acoso de tres jóvenes que participaban en las manifestaciones contra los recortes en educación. Al encontrarse con la puerta cerrada, los asaltantes se conformaron con proferir insultos y propinar golpes y escupitajos a la puerta.
También en Huesca
El de Mérida no ha sido el único caso. En Huesca, el colegio Santa Rosa-Altoaragón fue invadido, el mismo 17 de octubre, por unos 150 manifestantes, aunque —según explica a este semanario don José Antonio Torres, su director— no se produjeron amenazas ni desperfectos.
Según Escuelas Católicas, la principal patronal de centros concertados, en los últimos días se han producido otros incidentes menores contra distintos colegios religiosos, como lanzamiento de octavillas contra la Iglesia, pintadas, o sellado de puertas con silicona.
¿Qué pasa con los jóvenes?
¿Qué está pasando en España para que buenos chavales participen en asaltos que recuerdan escenas de los tiempos de la sangrienta persecución religiosa en España? Don Marco Antonio cree que confluyen dos factores. «No se está cuidando una educación en valores que ayuden a construir a la persona», afirma. «Además, en nuestra sociedad, desde hace años, se están haciendo campañas totalmente anticlericales. En las series de televisión o en los programas de actualidad se caricaturiza continuamente a la Iglesia. Hacemos mucha publicidad por una caricatura de Mahoma, pero no se da ninguna importancia a que en ciertos programas se burlen de la Iglesia. Todo este jaleo lo acalló un poco la JMJ, que demostró que éramos muchos y jóvenes. Pero, a raíz de ello, casi diría que ahora se notan más ataques».
Llamada a profundizar en la fe
Los salesianos de Mérida han intentado, en todo momento, calmar los ánimos en el colegio. El día de los hechos, «los más alterados eran los de 1º de Bachillerato, la zona donde entraron». El director pasó por las clases para hablar con los chicos. Quería evitar «una guerra dialéctica en las redes sociales» que pudiera derivar en algo peor. Sin embargo, pese a algún temor inicial, el padre Marco Antonio Romero constata que alumnos, profesores y familias han dado un ejemplo, al mantener la tranquilidad.
También había que explicar a los chicos el episodio de anticlericalismo que habían presenciado. Al colegio asisten hijos de «familias de todo tipo», muchos incluso sin bautizar. «Respetamos esa pluralidad. Siempre les decimos que tienen libertad para opinar sobre los temas, pero con respeto, porque estamos en territorio cristiano». Todos «han sentido más la persecución hacia mí, como su cura. He notado en los alumnos un cambio total, y mucha cercanía. Cada día me preguntaban cómo estaba». Los religiosos han aprovechado esta oportunidad para «explicarles que persecuciones ha habido en todos los tiempos y que, a pesar de ello, la Iglesia se ha mantenido dos mil años. A los que tienen fe, les hemos animado a profundizar más en ella, porque cuanto más fe tengan, más firmes estarán».
El asalto al colegio María Auxiliadora, de Mérida, es una muestra de «intolerancia y falta de respeto» que remite a «épocas que se creían superadas en este país», denuncia Escuelas Católicas. Los hechos muestran «el peor rostro de la intolerancia», y «nos hace cuestionar seriamente la educación recibida y los valores que han aprendido en la escuela» los jóvenes protagonistas, añade la Federación de Enseñanza del sindicato USO. La Confederación Nacional de Padres Católicos de Alumnos (CONCAPA) constata que estas actuaciones «son una continuación de otros muchos actos violentos» que se han dado, por ejemplo, en varias universidades. También el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia y la Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE), que agrupa a la mayoría de docentes de centros concertados, han expresado su preocupación.
Los comunicados resaltan, además, la incongruencia de las críticas a la escuela concertada, que está sufriendo con mayor dureza los recortes. En el caso de Mérida, don Marco Antonio explica que a los profesores se les va a quitar la extra de Navidad, «nos han recortado la partida de otros gastos con carácter retroactivo, desde enero de 2012, y nos han quitado un aula de apoyo de Secundaria, aunque nos han dado una de Primaria». En su opinión, se ataca a la concertada porque «la sociedad en general sigue con la idea de que son colegios de ricos», cuando en realidad «aquí hay familias que lo están pasando fatal».