Año Jubilar en Alcalá de Henares: «Apuntamos al cielo» - Alfa y Omega

Año Jubilar en Alcalá de Henares: «Apuntamos al cielo»

Las concepcionistas franciscanas celebran el 450 aniversario de su fundación. Facilitarán las consagraciones de fieles a María y participarán en una nueva una ruta franciscana en la ciudad

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Concepcionistas Alcalá.

«Poder disfrutar de los beneficios de un año santo tan cerca es una auténtica bendición», exclama el sacerdote Fernando Rodríguez, capellán del monasterio de concepcionistas franciscanas de la Inmaculada Concepción, en Alcalá de Henares, al que la Santa Sede ha concedido un año jubilar extraordinario que comienza este sábado 20 de abril.  

El festejo conmemora el 450 aniversario de su fundación a cargo de Gutierre de Cetina, canónigo de la catedral de San Justo y Pastor, en la ciudad complutense. Un día, viajando a Roma, la nave en la que iba estuvo en peligro de naufragio, y entonces acudió a la intercesión de santa Úrsula prometiendo que, si se veía libre del siniestro, fundaría un monasterio de la Inmaculada Concepción al llegar a Alcalá, y así lo hizo. 

Se da la circunstancia de que este lugar acogió entre sus muros a finales del siglo XVI a la venerable sor Inés de San Pablo, fundadora de la primera esclavitud mariana en el mundo, considerada iniciadora de esta devoción. «Ella es de algún modo la precursora de san Luis María Griñón de Monfort —explica el capellán—, y por eso vamos a propiciar todo este año las consagraciones a la Virgen en la estela del santo francés. Facilitaremos material para que la gente pueda preparase durante 33 días y luego venir aquí para realizar su consagración a María en un acto público. Y es bueno que la gente sepa que las monjas se han comprometido a rezar por ellos durante esos 33 días que desembocan en una mayor pertenencia a la Inmaculada». 

Junto a ello, al ser el monasterio uno de los enclaves franciscanos de la ciudad, se está preparando una ruta franciscana. «Aquí hay una gran presencia de los hijos de san Francisco de Asís, desde el cuerpo incorrupto de san Diego de Alcalá hasta la tumba del cardenal Cisneros, pasando por tres conventos de clarisas más el nuestro, una parroquia de franciscanos o la propia universidad», señala Fernando Rodríguez. 

Con todo, este año jubilar será «un momento grande de gracia que dura un año y apunta a un punto concreto que es el cielo», concluye el capellán, para quien este tiempo «es una gran oportunidad para recordar que todos somos temporales y que se nos están invitando a recibir de una manera nueva el amor de Dios. Tenemos que aprovecharlo».