Al día siguiente de su clausura, el arcipreste de Liébana invita a «preparar el siguiente Jubileo desde ya» - Alfa y Omega

Al día siguiente de su clausura, el arcipreste de Liébana invita a «preparar el siguiente Jubileo desde ya»

Más de 300.000 personas se han desplazado al monasterio de Santo Toribio de Liébana entre el 16 de abril de 2023 y el de este año

Rodrigo Moreno Quicios
El obispo de Santander, Arturo Ros, durante la clausua del Jubileo. Foto: Obispado de Santander.

Cada vez que el 16 de abril, festividad de santo Toribio de Liébana, coincide con un domingo, se celebra un Año Jubilar en el que los peregrinos que visiten el monasterio con su nombre, que alberga el Lignum Crucis más grande del mundo, pueden recibir una indulgencia plenaria. El último, que comenzó en 2023, concluyó el pasado domingo con el cierre de la Puerta del Perdón por parte de Arturo Ros, obispo de Santander. «Fue una ceremonia muy bonita con mucha asistencia de gente que esperó hasta última hora para visitar el monasterio», cuenta a Alfa y Omega Elías Hoyal, arcipreste de Liébana.

Hoyal explica que, el de Liébana, es uno de los «cuatro jubileos históricos de la crisitandad» junto a los de Jerusalén, Santiago de Compostela y Roma. Fue convocado por primera vez en 1515 a través de una bula de León X, «quien ya decía que se celebraba desde tiempo inmemorial». A partir de entonces, cuando el calendario marcaba esta coincidencia, se celebraba un jubileo de una semana «hasta que en 1967 se concedió que fuera un año entero».

Para conseguir la indulgencia plenaria, aparte de visitar el monasterio en Año Santo, es necesario «confesarse, comulgar, pasar por la Puerta del Perdón y rezar por las intenciones del Papa». «Son las condiciones habituales», recalca el arcipreste. Desde el 16 de abril de 2023, cuando el ahora obispo emérito Manuel Sánchez Monge abrió el emblemático portón del monasterio, hasta el pasado domingo en el que Arturo Ros lo cerró, un total de 300.000 personas se han desplazado a este templo en la ladera norte de la sierra de la Viorna, en Cantabria.

Aunque hay unas 16.000 que han profundizado más en su experiencia recorriendo el Camino Lebaniego, que tiene su origen en «los peregrinos que hacían el Camino de Santiago y se desviaban hacia aquí sabiendo que había una cruz y un jubileo». «Hay que distinguir al turista del visitante, que viene en su coche y es también bienvenido, pero el peregrino camina para buscarse, está siempre en búsqueda, en un camino externo e interno», opina Elías Hoyal.

Debido a las transformaciones que genera en las personas que lo recorren, el arcipreste de Liébana insiste en que «hay que seguir dotando de albergues a este camino que es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, para que el peregrino esté atendido y cuidado porque luego son los que van a marchar hablando de nosotros».

Finalmente, cuando apenas ha pasado un día de su fin, Hoyal insiste en que «desde la propia diócesis como desde las instituciones públicas, están todos de acuerdo en que hay que preparar el siguiente Jubileo desde ya». El siguiente será en 2028 y coincidirá con el Domingo de Resurrección.