Los obispos de Canarias: «No se pueden crear guetos insulares para evadir el problema migratorio»
José Mazuelos y Bernardo Álvarez animan en una carta conjunta a rechazar los bulos que promueven la fobia hacia los extranjeros
Los obispos de las Islas Canarias, José Mazuelos (diócesis de Canarias) y Bernardo Álvarez (diócesis de Tenerife) han escrito una carta pastoral conjunta con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres que dedican a la situación que se está viviendo en el archipiélago con la llegada de miles de migrantes.
La reflexión, que parte del símbolo de la cruz de Lampedusa y del magisterio del Papa Francisco, quiere ayudar «a tomar conciencia de la situación de pobreza y vulnerabilidad de estas personas y, especialmente, a ponernos manos a la obra para que nadie se sienta marginado o despreciado, sino que todos experimenten la acogida, la atención y el respeto que como personas se merecen».
Antes de nada, muestran el «profundo dolor y impotencia» ante la muerte de muchos migrantes frente a las costas «sin que parezca que hayamos hecho lo suficiente para evitarlo». «Nunca sabremos cuantos miles de personas han perdido sus vidas de manera trágica y dramática entre las dos orillas estos últimos años», añaden.
Luego lanzan un mensaje contundente a los gobernantes europeos y al Gobierno de España: «No se pueden crear guetos insulares para evadir el problema migratorio. Como afirma Francisco, en los países de destino, el equilibro adecuado será aquel entre la protección de los derechos de los ciudadanos y la garantía de acogida y asistencia a los migrantes».
También recuerdan la propuesta del Papa de establecer el concepto de ciudadanía plena y la necesidad de una gobernanza mundial, una colaboración internacional para las migraciones con proyectos a largo plazo «en nombre de un desarrollo solidario de todos los pueblos basado en el principio de gratuidad».
En este sentido, hacen una llamada a toda la sociedad a «crear la cultura del encuentro, a superar la fobia al extranjero, a luchar contra las mafias y favorecer el desarrollo en países de origen». En su opinión, no hay que olvidar que «solo cuando cesen las guerras inducidas en países con riquezas mineras, cuando los dictadores que expolian a su pueblo dejen de contar con la complacencia de los Gobiernos y empresas multinacionales, cuando cese el comercio de armas, la inmigración de ciertas zonas se podrá regular».
Contra los bulos, la confusión y el miedo
Por otra parte, Mazuelos y Álvarez subrayan la necesidad de rechazar «todas las voces que siembran confusión» en materia migratoria y recuerdan que «los inmigrantes son personas como cualquiera de nosotros, con nombres, historias y familias».
Y añaden: «Lamentablemente, la llegada de inmigrantes es una imagen utilizada, en ocasiones, por algunas voces políticas y bulos en plataformas mediáticas para sembrar la confusión y el miedo en la ciudadanía, alertando de que es una invasión, tal vez con el fin de conseguir réditos electorales, o de promover una fobia inaceptable hacia los extranjeros».
Por contra, los obispos proponen exponer la verdad y decir que los que llegan en las pequeñas embarcaciones son solo una pequeña parte de la población inmigrante empadronada y residente en España. «Hay que contar un relato real y positivo de las migraciones, ya que habitualmente se silencia la aportación que la inmensa mayoría de los inmigrantes hacen al país que los acoge», explican. Citan en concreto dimensiones como la economía, la demografía, la cultura y la propia vida religiosa.
Los buenos samaritanos
Finalmente, los obispos de Canarias reconocen y valoran todas las vidas salvadas por los profesionales del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo: «Han sido auténticos ángeles de la guarda en medio de nuestros mares y sería deseable que esa humanitaria labor de socorrer y salvar vida siga contando en nuestra frontera sur con un apoyo decidido por parte de los diferentes Gobiernos». Extienden este agradecimiento a la Policía Nacional, a Cruz Roja, a CEAR, a Cáritas…