Hablan las religiosas de clausura ante el confinamiento obligado de los españoles en casa
Las monjas de clausura de toda España redoblan oraciones ante el coronavirus y dan consejos a los españoles para sobrellevar la clausura: «Paciencia y rezar más en familia»
España entera se encuentra confinada en casa por decreto ley para hacer frente al coronavirus. Hay personas en nuestro país que, sin embargo, ya vivían sin salir de su casa antes de la aplicación del estado de alarma. Se trata de las religiosas de clausura, autoconfinadas en sus monasterios por vocación divina para elevar oraciones a Dios por las necesidades del mundo.
De esta forma, las monjas no solo se encuentran rezando por el fin de la pandemia sino que han redoblado sus oraciones por este motivo. Por ejemplo, las religiosas Clarisas Franciscanas del Convento de Santa Clara (Montilla, Córdoba) se levantan habitualmente a las 06:15 y no paran de rezar hasta la hora del desayuno a las 09:30, el resto del día lo dividen entre más oración y trabajo.
A pesar del madrugón, las 14 hermanas han decidido hacer una hora extraordinaria de adoración ante el Santísimo todos los días hasta que se acabe el problema del coronavirus. A la hora en la que habitualmente se van a la cama, a las 21:45, «exponemos al Señor hasta casi las 12 de la noche para rezar por el mundo en estas circunstancias tan difíciles», explica a Alfa y Omega la superiora de la comunidad, la hermana sor María.
La oración de los fieles
De igual modo, las hermanas de la Orden de la Visitación de Santa María, conocidas popularmente como las Salesas de Vitoria, rezan a diario por «los enfermos, por los que han muerto y por los sanitarios» que hacen frente a esta crisis. Además, alientan a los españoles a hacer lo mismo y que en este tiempo de confinamiento «vuelvan la cara a Dios. Es necesario que todos roguemos al Señor para que pase pronto esta dura prueba».
En su caso, de lunes a miércoles las 22 hermanas del Monasterio de la Visitación «sacamos en procesión una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y rezamos el rosario por el fin de los contagios», asegura la superiora sor María Patricia. «También rezamos específicamente por ello ante el Santísimo por la mañana y por la noche».
Juegos para los niños y rezar en familia
Más allá de la oración, la forma de vida de las monjas de clausura también puede servir hoy de ejemplo para todos los que se ven obligados a permanecer en el cenobio en el que se ha convertido su hogar.
En este sentido, las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción, conocidas en Madrid como Las Góngoras, aconsejan a los españoles «paciencia y rezar un poquito más». A las familias les sugieren «buscar juegos adecuados a las edades de los niños para que puedan estar entretenidos». Y además «es un momento para que los hijos vean que los padres también rezan. A veces los niños piensan que solo rezan las monjas porque, por las mil circunstancias de la vida, no ven a sus padres en oración».
Es un momento, concluye la hermana Imelda, «para pedirle al Señor fuerza y paz; y también para encontrarle un sentido a la vida, para darse cuenta de que no todo son carreras, no todo es trabajo, que no todo es estar con las cosas del mundo. Todo hace falta, hace falta trabajar, salir, el ocio y también unirnos como familia y rezar».