8 millones de ciudadanos olvidados
El director general de Save The Children, Andrés Conde, denuncia que no ha habido «ni una palabra» en la campaña electoral dedicada a la infancia. Nada se ha dicho sobre los niños refugiados e inmigrantes, sobre la protección frente a la violencia o los abusos sexuales o acerca de la insuficiente protección social a la familia y la infancia, del 1,3 % del PIB en nuestro país, la mitad de la media europea
Ni una palabra al respecto. La campaña electoral está a punto de terminar, y la infancia ha sido la gran ausente en los discursos y debates electorales. No es fácil explicarlo, cuando en nuestro país los menores de edad son el colectivo que se encuentra en mayor riesgo de exclusión, y el que enfrenta mayores desafíos. Pero este domingo iremos a votar sin saber cómo los candidatos de los principales partidos pretenden solucionar los problemas de los 8 millones de niños y niñas que hay en nuestro país.
Las mejoras en ciertos indicadores macroeconómicos conviven con una realidad aplastante: en España la pobreza severa se intensifica y se cronifica entre los menores de edad, hasta haber alcanzado su valor máximo en los últimos años. Ha pasado de un 12 % de los niños en 2008 a un 16,7 % en 2015. Esto significa que casi 1,4 millones de niños y niñas se encuentran en situación de pobreza severa. Por poner algunos ejemplos, 266.000 niños pueden estar sufriendo malnutrición en España porque sus hogares no pueden permitirse una comida de carne, pollo, pescado o equivalente vegetariano tres veces a la semana. Casi 940.000 niños han pasado un invierno muy frío, porque en su casa no pueden pagar la calefacción. Y 3,5 millones de niños viven en familias que no tienen capacidad para afrontar un gasto imprevisto.
Sacar a los niños de la pobreza es cuestión de voluntad política, y de inversión. España sólo invierte el 1,3 % del PIB en protección social a la familia e infancia. Está muy lejos de la media europea del 2,4 %, y de la de países como Dinamarca (3,7 %). Sabemos que la forma más efectiva y más generalizada que tienen los países europeos para luchar contra la pobreza infantil es la prestación social por hijo a cargo.
En Save the Children hemos calculado que un total de 638.000 niños españoles saldrían de la pobreza severa si en la próxima legislatura se aumentase la prestación por hijo a cargo para las familias en situación de pobreza de 24 € al mes a 100 € al mes. Con una inversión equivalente al 0’41 % del PIB (4.304 millones de €), nuestro país podría sacar de la pobreza severa a más de 600.000 niños.
Tampoco ha aparecido en campaña la mayor forma de violencia contra la infancia: los abusos sexuales. En nuestro país, los últimos datos del Ministerio del Interior reflejan que 3.732 menores sufrieron violencia sexual en 2014. Y esos sólo fueron los casos que llegaron a ser denunciados. La gran mayoría no lo son.
Ningún crimen de estas dimensiones debe quedar impune, y a la dificultad de denuncia que encuentran las víctimas se une la prescripción de estos delitos. Por eso, en Save the Children encontramos intolerable que hoy en España no exista una ley que proteja a los niños y las niñas ante cualquier tipo de violencia. Necesitamos una ley que, de manera similar a lo avanzado en materia de violencia de género, proteja a los niños ante cualquier forma de violencia, y termine con esta lacra social.
Y si los niños y las niñas españoles han estado ausentes del debate electoral, sobran palabras para referirnos a los niños refugiados. Vivimos la mayor crisis humanitaria que enfrenta Europa desde la II Guerra Mundial, y ni la UE ni el gobierno español han estado a la altura de las circunstancias. Especialmente dramática es la situación de los niños que emprenden el viaje huyendo de la guerra en absoluta soledad, sin la protección de sus familias. Más de 95.000 menores en estas circunstancias solicitaron protección internacional a la Unión Europea en 2015. Y Europa, en lugar de dar respuesta a su solicitud, levanta muros y alambradas, reconoce que miles de niños y niñas no acompañados se encuentran en paradero desconocido dentro de las fronteras europeas, e incumple deliberadamente la legalidad internacional. Pero los candidatos a la presidencia del gobierno no nos han explicado qué harán por los niños y las niñas refugiados, especialmente por los que viajan solos.
La ausencia de la más mínima referencia a la infancia en el discurso y el debate electoral es inexplicable e inadmisible. No sólo porque los menores de edad son 8 millones de ciudadanos que hoy enfrentan grandes desafíos, sino porque el compromiso político con ellos es el compromiso con un país mejor a medio y largo plazo.
Reuters / Andrés Conde, director general de Save The Children