La JMJ ya está en marcha - Alfa y Omega

La JMJ ya está en marcha

El cuarto de millón de jóvenes que se han dado cita en Sídney desde el martes recibe hoy oficialmente a Benedicto XVI, que pisó tierras australianas el pasado domingo. Al igual que sus congéneres, los 5.000 peregrinos españoles disfrutan de estos días de encuentro y esperan ansiosos los dos grandes momentos con el Papa, de quien se espera el anuncio de que Madrid acogerá la próxima Jornada Mundial de la Juventud

María Martínez López
El Papa pasea por el centro Kenthurst, donde ha disfrutado de unos días de descanso

Ya está en Sídney. A pesar de que, desde su llegada a Australia, el pasado domingo, ha estado retirado descansando hasta ayer miércoles por la noche, su presencia se sentía cercana. Había preparado su llegada con un vídeomensaje en el que agradecía a todos los implicados en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud sus esfuerzos, pedía la presencia del Espíritu Santo para que los jóvenes sean instrumento de renovación; y señalaba a Jesucristo como la respuesta ante la falta de esperanza y la perplejidad en la que sumen a muchos jóvenes todos los problemas y desafíos a los que se enfrenta el mundo moderno.

Se podría decir que el Espíritu planea ya sobre el hipódromo de Randwick. Desde el mirador de la Sydney Tower se ve ya, desde hace días, el escenario rojo, coronado por la paloma del Espíritu Santo. En él estará situado el altar donde se celebre la Vigilia y la Misa de clausura. En los terrenos del hipódromo, habrá hasta medio millón de personas: todos los habitantes de Sídney que quieran participar, además de los 250.000 peregrinos, que, como ya es costumbre, harán noche allí. En las antípodas es invierno; quizá les haga falta la manta térmica que, junto a una capa de lluvia y el material habitual (folletos, pase de transporte, rosario…), se han encontrado en las mochilas repartidas por la organización.

Sídney lleva días preparada. Desde hace más de una semana, sus calles lucen banderolas rojas, naranjas, azules y amarillas (los colores del logo de la JMJ), y en todas partes se ven carteles, pancartas, banderas, letreros y folletos dando la bienvenida a los peregrinos, e información a propios y extraños. Marta y Ángel Luis, peregrinos de Madrid, explican que, «aunque crees que has ido al fin del mundo», al final no todo es tan difícil como parecía. «Sídney es tranquila, acogedora y muy organizada. Cuando te oyen hablar, siempre te preguntan de dónde eres. Cuando te manifiestas como español, todo el mundo te felicita por el triunfo en la Eurocopa».

Para estar en Sídney desde casa
  • Vía crucis (viernes 18 de julio): POPULAR TV
    (7 horas de la mañana, hora española); EWTN (6:30 horas). EWTN se puede sintonizar a través de ONO e Imagenio (en éste hay que solicitarlo, aunque es gratuito).
  • Santa Misa desde la catedral de Sídney (sábado 19 de julio): POPULAR TV (00:30 horas).
  • Vigilia Vespertina con el Papa (sábado 19 de julio): COPE y Popular TV (10 horas); EWTN (10:30 horas).
  • Santa Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud (domingo 20 de julio): COPE, Popular TV y EWTN (1:00 horas de la madrugada).
  • Edición diaria, hasta el domingo, de El Espejo (cadena COPE, de 15:05 a 16 horas) desde Sídney.
  • Varios medios católicos ofrecen conjuntamente noticias audiovisuales en www.wydcrossmedia.org.
  • La web de la Conferencia Episcopal Española ofrece durante estos días un seguimiento especial de la JMJ. Además, su Departamento de Juventud mantiene el blog www.jmjsydney2008.blogspot.com.

La fe madura y sus consecuencias

Con la intensidad de estos encuentros, los primeros días parece que fueron hace mucho y la mente de los peregrinos está ya, seguro, en qué les dirá el Papa. En un encuentro con periodistas en el avión que le conducía a Australia, confirmó que en sus discursos estarán presentes la justicia social y la responsabilidad del hombre sobre la Creación, que han de ser consecuencia de una vivencia madura de la fe. También manifestó su confianza en que esta Jornada sea un estímulo para ello. Asimismo, abordó los casos de abusos sexuales, que se han dado en Australia, y que algunos medios no han dudado en desempolvar estos días. Además de reafirmar el rechazo absoluto de la Iglesia hacia estas conductas, afirmó: «Haremos todo lo posible para curar y buscar la reconciliación con las víctimas».

Otro de los temas presentes en las intervenciones del Papa, estos días, serán —anunció antes del viaje el Director de la Oficina de Información de la Santa Sede, padre Federico Lombardi— el «de los aborígenes y sus derechos pisoteados durante siglos». En una entrevista a la agencia Fides, el arzobispo de Sídney, cardenal George Pell, afirmó que su situación «continúa siendo difícil, pero nosotros intentamos igualmente trabajar por ellos. El problema no es tanto la pobreza, sino la falta de integración».

Entre los aborígenes, un 26 % son católicos, una cifra bastante similar a la de la población general (27,56 %), que convierte a la Iglesia católica en la confesión más importante del país. Eso no impide que se reconozca (empezando por el Papa) la secularización, semejante a la europea, de la sociedad australiana. A pesar de ello, en el avión, el Papa se mostró optimista: «Ahora, en este histórico momento, comenzamos a darnos cuenta de que necesitamos a Dios».

En la entrevista publicada por Fides, el cardenal Pell presentó la educación como su principal arma en la lucha contra la secularización, y explicó que el 20 % de los jóvenes australianos asisten a escuelas católicas. En cuanto a la cuestión de las vocaciones, afirmó que tanto en su diócesis, como en otras cercanas, el número de seminaristas —no tanto en las congregaciones— era bastante adecuado, a lo que se suma el «elevado número de jóvenes laicos que deciden trabajar durante algunos años para la Iglesia».

Celebración y escucha

El Papa llegó a Sídney el pasado domingo, y hasta ayer se encontraba descansando en el Kenthurst Study, un centro del Opus Dei en las Montañas Azules. El cardenal George Pell, arzobispo de Sídney, fue el encargado de inaugurar la Jornada el martes por la tarde (h. a., hora australiana: 8 horas antes en España) en Barangaroo, el mismo lugar donde los jóvenes reciben hoy al Papa. En la homilía, el cardenal Pell dijo a los jóvenes: «Tenemos todo el derecho a celebrar la liberación de nuestro arrepentimiento, la renovación de nuestra fe». También les pidió que, entre tantos actos —exposiciones, encuentros, festivales, además de los grandes actos—, no olviden la oración y la escucha.

En la mañana de hoy (h. a.), el Papa ha recibido la bienvenida oficial de las autoridades políticas. También se ha reservado un tiempo para orar en la capilla de la Beata Mary MacKillop, antes de ser recibido por un grupo de aborígenes en la Bahía Rose y embarcar hacia Barangaroo, el lugar donde los jóvenes han sido convocados para recibirle. Este lugar, a orillas de la bahía de Sídney, ha sido acondicionado para acoger hasta a 150.000 jóvenes, y acogerá otros actos del programa, incluyendo parte del vía crucis de mañana viernes.

En la agenda del Papa para mañana, figuran sendos encuentros con los representantes de distintas religiones —cada vez más presentes en Oceanía debido a la inmigración asiática— y de distintas confesiones. También almorzará con doce jóvenes de todos los continentes, entre los que se encuentra Fidel Mateos, un joven salmantino de 25 años.

Celebración en la catedral de San Patricio, en Melbourne, el jueves 10 de julio

Los peregrinos españoles

Nuestros peregrinos están alojados con familias y en colegios, así como en el parque olímpico. La mayoría de ellos hizo ayer un hueco en la apretada agenda de estos días para asistir al encuentro con algunos de los 17 obispos españoles que han peregrinado con ellos. Pero no es la única oportunidad que han tenido de encontrarse. Entre las catequesis, todos los peregrinos hispanoparlantes pueden elegir entre las de numerosos obispos hispanoamericanos y las de los tres cardenales (Rouco, Cañizares y Martínez Sistach) y siete obispos españoles que las están impartiendo por las mañanas de ayer, hoy y mañana. La estructura de estas catequesis, además de oración y la Misa, permite un momento de debate y diálogo con los jóvenes y la posibilidad de los obispos de compartir con ellos la comida. También la ilusión por la próxima JMJ, en la que, como ha dicho el padre Lombardi, en un guiño al más que probable anuncio de Madrid como próxima sede, les será «mucho más simple» participar.

María Martínez López
Con información de Ángel Luis Caballero, Marta Cesteros, y parroquia Nuestra Señora de Caná

Primera etapa, en Melbourne

«Una Misa maravillosa en un ambiente extraordinario». Así definía el blog de los peregrinos de Nuestra Señora de Caná (Pozuelo, Madrid), la Misa de envío que se celebró el pasado viernes en el estadio Telstra de Melbourne, presidida por el arzobispo, monseñor Denis Hart. Asistieron los cerca de 21.000 peregrinos internacionales, además de 9.000 jóvenes locales. A partir del viernes unos y otros fueron partiendo en distintos momentos hacia Sídney. El blog de otros peregrinos, esta vez ingleses, describía así el ambiente: los chilenos siempre cantando, las llamativas vestimentas de los sudafricanos, las banderas de China y Hong Kong hondeando juntas, y una ola que dio 12 vueltas al estadio.

Melbourne es la diócesis más grande de Australia, y el lugar donde nació la Beata Mary MacKillop, una de las Patronas de la JMJ —se ofrecía, entre otras visitas, una a varios lugares importantes en su vida—. También es la segunda ciudad más importante del país, del que se presenta como capital cultural, culinaria y deportiva. Allí se juntaron españoles, italianos, belgas, chilenos, alemanes, rusos, franceses, kuwaitíes, y hasta un par de jóvenes de Turkmenistán.

El blog de Caná describe Melbourne como «una ciudad muy agradable, aunque algo caótica en cuanto al tráfico. Los melbournianos son gente amable que está empezando a darse cuenta de que va a pasar algo grande, y se lo toman con alegría y buen humor».

En esos días, el tiempo se dividió entre los momentos de oración —varias iglesias estaban abiertas todo el día—, y también de turismo, vividos en grupo; y los abiertos al encuentro con los demás peregrinos. Han podido visitar exposiciones y conciertos, tanto de música cristiana como tradicional australiana, participar en talleres de formación, en oraciones, o en un par de encuentros interreligiosos, entre muchas otras actividades. En otras diócesis, estos días han estado salpicados de actos curiosos como demostraciones de bailes indígenas, esquileo y manejo del látigo, o exhibición de koalas y canguros.

La iglesia católica más antigua de Melbourne data de 1841, nada de tiempo si se compara con los 40.000 años que se cree que los aborígenes han habitado la zona. La Iglesia católica desarrolla una labor pastoral específica con ellos, desde la que se ha promovido que los pequeños regalos con los que las familias anfitrionas suelen obsequiar a los peregrinos estuvieran elaborado por ellos o relacionados con su cultura.