La Cruz atrae a los jóvenes - Alfa y Omega

La Cruz atrae a los jóvenes

Ya ha pasado más de un mes desde que comenzó la Peregrinación de la Cruz de los Jóvenes y del Icono de la Virgen por la archidiócesis de Madrid. En este tiempo, se ha completado el recorrido por la zona este de la capital, donde tanto los jóvenes de las parroquias como los alejados se han acercado a ella

María Martínez López
Procesión de la Cruz de la JMJ y del Icono de la Virgen por el barrio de Moratalaz.

A las pocas semanas de concluir el recorrido de la Cruz por la zona este de Madrid (Vicaría III), su huella ya se deja ver. El responsable de Juventud de esta Vicaría, el padre Ángel Camino, cree que «el fruto se verá más adelante, aunque los que somos educadores ya lo estamos viendo en cosas como que, por ejemplo, unos chicos se pasen en la parroquia, el día en que estuvo la Cruz, desde las ocho y media de la mañana hasta las doce de la noche, después de toda una semana ensayando». Lo ha podido comprobar él mismo en su parroquia, Santa Ana y la Esperanza. Una de las catequistas, doña Ana María Camps, explica que «la gente joven ha estado muy implicada: los niños de comunión, de postcomunión, de confirmación…, todos han hecho algo», y el resultado se ha notado: «Una semana después de tenerla, la gente todavía se nos acercaba para darnos las gracias por la experiencia. Te hace temblar pensar que una cruz, con la cantidad que tenemos en las parroquias, tenga ese efecto».

Pidieron llevar la Cruz en el parque

Un efecto que no se ha limitado a los jóvenes de la parroquia. El 30 de septiembre, en el acto central del arciprestazgo, una Misa en los jardines de Dionisio Ridruejo, durante la procesión de entrada con la Cruz, unos jóvenes que había en el parque se acercaron a los que la llevaban y les pidieron cogerla. «Dos amigos de dos chicos de nuestro grupo han empezado a venir a catequesis porque nos vieron», añade doña Ana María.

La presencia de la Cruz y del Icono en las parroquias madrileñas está reforzando la unidad entre ellas, incluso cuando han empezado casi de cero. Es el caso de Vicálvaro, el arciprestazgo donde la Cruz se despidió de la Vicaría III, el domingo 4 de octubre. Fue un día entero con talleres para niños, testimonios para los mayores, una Eucaristía presidida por el cardenal Rouco, reparto de 1.100 raciones de paella, música en directo -incluida la actuación de Migueli- y rezo de Vísperas. A Nuria Pérez, una de las personas que han estado más implicadas en la organización de los actos en esta zona, se le saltaron las lágrimas al despedir la Cruz: «Nunca habíamos logrado constituir la mesa de juventud porque parecía que no había gente dispuesta, y, al final, este año lo conseguimos, con sólo cuatro jóvenes. Organizar todo esto ha sido mucho jaleo, pero también teníamos mucha ilusión. Luego, mientras hemos tenido la Cruz, en ningún momento ha faltado gente». Además de la asistencia al acto final, «en otra procesión pudo haber unas 700 personas. Vistos los resultados, ha cambiado la opinión y las parroquias están mucho más cercanas y con ganas de seguir trabajando».