14 y 15 de enero, votación del nuevo referéndum en Egipto
Un año después del referéndum que aprobó la Constitución de corte islamista, Egipto vuelve a celebrar otro plebiscito los días 14 y 15 de enero para que el pueblo opine sobre la nueva ley fundamental, que prohíbe, entre otras cosas, el establecimiento de partidos políticos con base religiosa. De cara al nuevo referéndum, los cristianos «vuelven a estar llenos de esperanza», afirma una misionera española en El Cairo
Los cristianos coptos, gran minoría en Egipto, han sido el chivo expiatorio de la furia de los extremistas, partidarios del derrocado presidente Mohammed Morsi. Aunque los cristianos «están en el punto de mira de los radicales desde hace siglos», reconoció la misionera comboniana Expedita Pérez, durante una conferencia sobre persecución en Oriente Medio, organizada por Fuente Latina en Madrid. Expedita, que lleva dos años trabajando en El Cairo, aseveró que «en el Alto Egipto la persecución religiosa es algo de la vida cotidiana. Cada día escuchamos noticias sobre familias que tienen que abandonar sus hogares, amenazadas de muerte por partidarios radicales de los Hermanos Musulmanes. Y tienen que salir con lo puesto de su tierra, porque si no, los matan». Aunque, reconoce, «no es un problema provocado por los musulmanes en general, sino por los radicales en particular. En Egipto siempre han convivido cristianos y musulmanes». Eso sí, con diferentes derechos -algo que sucedía también con Mubarak-. De hecho, cientos de miles coptos han huido del país del Nilo en los últimos años «porque ni siquiera pueden elegir qué carrera estudiar. Un cristiano no puede optar a profesiones que luego le permitan tener influencia y cambiar las riendas de su país», añadió Expedita.
La libertad de culto también se vio limitada cuando Morsi llegó al poder en junio de 2012. «Pronto empezaron los ataques durante las celebraciones religiosas, lo que provocó un gran miedo en la comunidad cristiana», afirmó Expedita Pérez. Y recordó uno de los peores ataques perpetrados contra los coptos, durante el funeral de cuatro fallecidos por un ataque islamista, en la catedral de San Marcos de El Cairo. «Llegaron pegando tiros y lanzando piedras a los cristianos que estaban en la celebración», denunció la misionera. Este suceso, que tuvo lugar en abril, provocó el enfrentamiento del Papa copto Tawadros II con Morsi, quien, días antes, había condenado la violencia contra los cristianos. Según Expedita, «los militares tardaron demasiado en llegar».
Esta limitación de culto no es algo nuevo: «Hace 20 años pisé por primera vez esta tierra. Estaba en una parroquia donde las escaleras estaban rotas, y el sacerdote quiso repararlas. Nada más comenzar a trabajar, llegó la policía para detenerle». Y eso que se supone que reparar estaba permitido -lo que no se podía era construir, algo que se mantiene en la actualidad en la mayor parte del país: «donde hay más libertad para construir es en El Cairo», contó Expedita-.
La esperanza del referéndum
Para la misionera comboniana, «el pueblo egipcio está volviendo a renacer», sobre todo desde que «comenzaron a recogerse firmas para pedir la dimisión de Morsi. El 30 de junio fue una explosión de alegría», recalcó. Situación similar a cuando llegó hace dos años a Egipto: «Era el primer aniversario de la Primavera Árabe, y me encontré con un pueblo esperanzado, lleno de vida. Esto duró hasta meses después del resultado de las primeras elecciones llamadas democráticas. Fue entonces cuando cambió el ánimo de la población». Y recordó cuando se montaba en el vagón de metro de las mujeres, «normalmente alegres y expansivas». Ahora están «calladas y con miedo de la que se sentaba al lado». Desde la Iglesia, añadió Expedita, «nos unimos a ese renacer de la esperanza del pueblo egipcio».