Una radio evangelizadora - Alfa y Omega

Una radio evangelizadora

Radio María es un pequeño milagro, puesta no sólo al servicio de los católicos practicantes, sino también de la nueva evangelización. Una de sus prioridades, de cara al futuro, es hacer cada vez más hincapié en llegar, a través de las ondas, a personas cuya fe vacila, o que puedan estar alejados de la Iglesia. Lo explica el padre Luis Fernando de Prada, que se convertirá, a partir del 1 de septiembre, en el quinto director de programación de Radio María en España

María Martínez López
Los padres Esteban Munilla y Luis Fernando de Prada —de izquierda a derecha—

¿Cómo afronta esta nueva etapa en la radio?
Por un lado, con ilusión y esperanza, porque Radio María es un medio muy bueno para la nueva evangelización. Llevo en contacto con él 7 años, lo aprecio, y sé que hay un equipo estupendo de trabajadores y voluntarios. Pero, a la vez, tengo cierta sensación de desproporción entre este reto y mi capacidad. Radio María ha tomado dimensiones muy grandes, y además sucedo al padre Munilla, que ha dejado el listón muy alto. Ese susto lo afronto en la fe de que, por un lado, es un encargo del obispo: si él me envía, cuento con la gracia de Dios. Por otro, tengo confianza porque Radio María no es una obra humana; su existencia y difusión es, ya, un pequeño milagro y puede haber otro: que uno pueda hacer algo provechoso en ella…

¿Cómo llegó a la Radio?
Entre mis últimos destinos ha estado, durante 12 años, el de capellán de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, de la Universidad CEU San Pablo. Allí entré en contacto con el mundo de la comunicación, que antes no conocía lo suficiente. Fui viendo que tiene una gran importancia, en sí mismo, y para la Iglesia. Empecé a participar en diversas actividades de formación, y durante cuatro años coordiné la sección religiosa del periódico de la Universidad. Por otro lado, el padre Esteban, del que soy amigo desde hace años, me pidió que le ayudara en la radio. Le enviaba a personas del entorno de la Universidad, y empecé yo mismo a hacer programas. Uno de ellos servía de prácticas para los alumnos, y lo dirigía yo, bajo la guía de estupendos profesores. Así, fui conociendo e implicándome en la radio, y aprendiendo del padre Munilla y su equipo.

Con voluntarios, durante el rezo del ángelus desde el estudio de la radio.

Una colaboración que continuará.
Desde luego. Desde la radio se le ha pedido a Esteban que siga vinculado a ella, delante del micrófono y apoyando las relaciones institucionales. Es una forma de darle continuidad al proyecto, además de un reconocimiento a su labor de estos años.

¿Qué prioridades se plantea para el futuro de Radio María?
Frente a la idea que muchos tenían, hace años, de una radio dirigida sólo a personas ya practicantes, en los últimos años se ha ido haciendo hincapié en buscar a personas en una situación de fe no tan clara, o alejadas de la Iglesia. Los programas que he dirigido —como Abierto hasta el amanecer, o, actualmente, El hombre de hoy y Dios— pretendían eso. Una de mis prioridades es continuar esta línea. Más aún, en el contexto de la nueva evangelización y del Año de la fe. Como se viene haciendo con todos los actos importantes del Papa, retransmitiremos —por radio y, en Internet, con video— los principales eventos del Año de la fe. Además, quisiera hacer un esfuerzo por llegar especialmente a los jóvenes, con los que siempre he trabajado muy a gusto, buscando también su colaboración como voluntarios.

Un musulmán que escuchaba la radio

En los 57 países en los que está presente, Radio María funciona como asociación civil, gestionada por laicos. Sin embargo, para velar por la catolicidad de los contenidos, el Director de programación es nombrado por el obispo en cuya diócesis tiene su sede. En el caso de España, se trata del arzobispo de Madrid, cardenal Rouco Varela. Desde que nació, en 1998, Radio María España no ha parado de crecer, hasta alcanzar el millón de oyentes. «Se escucha ya en todas las diócesis —explica el padre Esteban Munilla, su director hasta septiembre—, y ha entrado en todos los hogares a través de la TDT». Esto, sin publicidad, ni subvenciones; sólo gracias a los oyentes. «La demanda es tan grande, que ellos mismos se implican para que sea viable», haciendo donativos o convirtiéndose en voluntarios: hay 400 en los programas, y 3.000 de promoción. «Sin ayuda, cerraría; y con los medios justos, se estancaría. Esta expansión depende de la Providencia». Ahora —añade—, hay «una oportunidad histórica para consolidarla, y conseguir ser radiodifusores en todas las Comunidades», aprovechando la regularización del espectro radioeléctrico. Radio María está optando a todos los concursos de concesión de frecuencias que convocan las Comunidades Autónomas —en Gran Canaria acaban de concederle cinco—, y compra las licencias que, por la crisis, otras radios venden.

El padre Esteban conoció Radio María cuando era capellán del hospital de Aránzazu, en San Sebastián. Se la recomendó un amigo para sus enfermos y, «entre ellos, siempre ha tenido una aceptación fantástica». Comenzó a colaborar, pero, cuando le propusieron ser Director, «me parecía imposible dejar San Sebastián, por la escasez de sacerdotes. Insistían y pensé que, si era de Dios, saldría adelante. Se lo comenté a monseñor Uriarte, mi obispo, que me contestó: Acabo de bautizar a un musulmán que se ha convertido escuchando la radio. Después de esto, no puedo negarme». Ahora, vuelve a San Sebastián para hacerse cargo de dos parroquias, y de la Delegación de Enseñanza.