Una Iglesia de puertas abiertas... en la calle de los bares
Wellgate es más que un grupo de música cristiana. Es un proyecto de evangelización. La diócesis de Getafe les ha cedido la ermita del Cristo de Villanueva de la Cañada, que han rehabilitado con ayuda de otros jóvenes. La inauguración será el 17 de mayo
Una pasión, la música; y una vocación, valerse de ella para acercar a los jóvenes a Cristo. Así nació hace dos años Wellgate, el grupo musical de pop rock compuesto por Iván Jaques, de 26 años, Pablo Guedon, de 32 y Sergio Gonzalo, de 35. «Teníamos que buscar un nombre que hablara de que queremos ser una puerta de entrada a Cristo y acabamos en Wellgate, como la puerta correcta, pero hace también referencia al Espíritu Santo, ya que well también significa manantial», explica Iván.
Pablo se convirtió en 2004, haciendo el Camino de Santiago. Allí conoció al grupo musical cristiano Alter Ego y entró a formar parte de él. Sergio, convertido a través de la música, era teclista en el grupo. Al poco tiempo este se disolvió. «Unos se casaron, otras se consagraron… Y Sergio y yo nos quedamos con ganas de más», comenta Pablo. En 2009 conoció a Iván en una peregrinación a Tierra Santa. Su pasión por la música los unió. Hablando un día, los tres se dieron cuenta de que coincidían en una idea de proyecto musical. «Sentimos –cuenta Pablo– que el Espíritu Santo nos llamaba a hacer algo más que simplemente hacer música y animar fiestas cristianas»: a evangelizar mediante la alabanza.
Referente local en un año
Comenzaron, como Steve Jobs, en el garaje de los padres de uno de ellos. «Empezamos a componer y a hacer conciertos para los amigos», cuenta Iván. «Al segundo concierto, nuestros amigos habían traído a los suyos y ya no cabíamos», añade Pablo. En marzo de 2018 los invitaron a la parroquia del Santo Cristo de la Misericordia, en Boadilla del Monte. Allí los conoció Gonzalo Pérez-Boccherini, párroco de San Carlos Borromeo en Villanueva de la Cañada y coordinador del Foro de Nueva Evangelización de la diócesis de Getafe, quien los invitó a dar otro concierto-oración en su parroquia. Wellgate crecía en seguidores y demanda de actuaciones. «Estaba bien, pero necesitábamos un sitio fijo donde poder ensayar y acoger a un público mayor», explica Pablo. Y ese espacio llegó. La diócesis, en línea con la apuesta del Sínodo de los obispos sobre los jóvenes y de la exhortación del Papa Christus vivit por dar un mayor protagonismo a los jóvenes y «construir una pastoral juvenil capaz de crear espacios inclusivos, donde haya lugar para todo tipo de jóvenes y se manifieste realmente que somos una Iglesia de puertas abiertas», les ofreció la posibilidad de cederles la ermita del Cristo de Villanueva de la Cañada para un uso no sacramental. No se lo pensaron dos veces, y ahora tienen una cesión en usufructo por diez años.
Muchas manos a la obra
Abandonado durante años, el templo necesitaba una obra de rehabilitación. En julio del año pasado comenzaron los trabajos de restauración. En seguida se constituyeron en asociación y lanzaron una campaña de micromecenazgo. La gente se volcó. Han recaudado casi 3.000 euros, pero la obra ya supera los 4.000, diferencia que han asumido ellos. Han tenido que cambiar todos los vidrios, eliminar humedades, sellar las carpinterías, arreglar el suelo, tirar y levantar tabiques y hacer la instalación eléctrica al completo. Todo el trabajo lo han sacado adelante voluntarios, dirigidos por Jesús, padre de Sergio y jefe de obra de profesión. Javier, cristalero y feligrés de la parroquia de Pablo, ha sido el encargado de las ventanas. Del resto se han encargado los componentes de Wellgate, amigos, jóvenes de la diócesis y de la Organización Juvenil Española. «El mayor de todos era Sergio», apunta Pablo.
Al lado de la zona de bares
La reapertura de la ermita se celebrará el viernes 17 de mayo, a las 21:00 horas, con un concierto-oración de Wellgate y la presencia del vicario general de Getafe, José María Avendaño. A partir de ahora, «la idea es organizar actividades mensuales y que esté también a disposición de la diócesis y de la Delegación de Juventud», dice Iván. Desde conciertos-oración, hasta conferencias y talleres de nueva evangelización. «Abres las puertas y tienes al lado la calle Cristo, llena de bares y de universitarios. Queremos sacar la pastoral a todas estas personas que hacen vida en el municipio».
Wellgate apuesta por la capacitación de sus miembros y colaboradores. Iván es diseñador gráfico y editor de videos; Javier, técnico de sonido, y Juan Carlos técnico de iluminación. «Creemos que hay que trasladar el mensaje de forma profesional. Los jóvenes tienen un bombardeo visual de información, y a lo mejor solo tienes tres segundos para impactar a ese joven a través de Instagram. El mensaje de Cristo es atractivo, pero hay que mostrárselo de una forma audiovisual», explica Pablo.
El pasado año, Ginés García Beltrán, obispo de Getafe, los llamó para participar en un concierto-oración dentro del Sínodo de jóvenes celebrado en Rozas de Puerto Real en noviembre. «Él dirigía la oración y dio una catequesis en medio del concierto, fue muy emocionante», comenta Iván. «Nos ayudó mucho a darnos cuenta de que íbamos por el buen camino», señala Pablo. Y añade: «Estamos leyendo ahora Christus vivit y está siendo un regalazo porque vemos cosas que intuíamos o que sentíamos de hacia dónde queríamos ir pero no sabíamos expresar con palabras».
¿Se puede aunar la devoción al Corazón de Jesús con el rap? La joven rapera Blanca White, de la diócesis de Getafe, nunca se planteó esa pregunta. Pero el videoclip de su canción Corazón, lanzado el 3 de mayo para coincidir con el Día Mundial del Rap, es su respuesta. Aunque la diócesis ha aprovechado la canción para acercar el centenario de la consagración de España al Corazón de Jesús a los jóvenes, White reconoce que, al componerla el año pasado, ni siquiera era consciente de la efeméride. «Simplemente la hice porque es importante para mí. Me ayuda muchísimo conocer a Jesús a través de su Corazón. Para mí representa la experiencia humana, el núcleo de Su persona y también Su cercanía a mí, que también tengo un corazón. Nunca lo he vivido como algo arcaico, ni me he parado a clasificarlo como de adultos (a mis padres nunca les he oído hablar de ello) o de jóvenes. Para mí es algo natural: conocer a Cristo es conocer su Corazón, y ver que entra en resonancia con el tuyo. Sin darle más vueltas».
Imitando a su hermano mayor, Blanca comenzó a escuchar y hacer sus pinitos en el rap, casi como si fuera un entretenimiento con rimas y juegos de palabras, cuando vivió de pequeña en Estados Unidos. Ya no paró. Y al descubrir con 16 años, en la JMJ de Colonia, «a un Dios cercano y una Iglesia viva, se reflejó en mi música». Algo por lo que nunca ha tenido problemas entre los raperos no cristianos que conoce, a pesar de que el rap español es «bastante anticlerical». «Han visto mi evolución y ven que lo vivo con normalidad», explica. Eso sí, reconoce que, después de siete años viviendo fuera de España, ahora tiene más contacto con los amigos que comparten tanto su afición musical como su fe, y con los que en su día formó el grupo Dawidsh.
Es consciente de que, como el rap nació en ambientes de exclusión en Estados Unidos, muchos lo asocian a lo marginal. Pero Blanca defiende una visión más amplia del género, como «un tipo de música más» cuyo contenido «depende de las letras. Hay gente más superficial que ve solo la imagen que se tiene de vacile, de malotes. Y gente con opinión propia, que lo utiliza como un vehículo de expresión», también con mensajes cristianos. Cita al rapero Kase.O, del grupo Violadores del Verso, que tiene frases como «mi canon de belleza es la Virgen María» o «también hay curas buenos». La joven rapera cree además que, al conectar con la denuncia social, este género «puede ser un vehículo muy potente para transmitir el mensaje de Jesús, que siempre estaba con los pobres y los marginales, y para ponerse al lado del inmigrante o del refugiado».