Un viaje gratis en taxi para ver las luces de Navidad
La iniciativa Taxi-Luz lleva gratis a los ancianos al centro de Madrid para que puedan ver la decoración navideña. Seguida por más de 200 conductores, esta tercera edición ya ha ofrecido un paseo especial a 800 personas mayores
Rosa y Marina se conocen del centro de mayores Islas Filipinas que hay en el madrileño barrio de la Elipa. «Yo antes no tenía muchas amigas porque todos los fines de semana iba al pueblo con mi marido, pero cuando enviudé me apunté a estas cosas», cuenta la última, de 77 años. Subida a un taxi junto a Rosa, visita las luces de Navidad por cortesía de los trabajadores del sector.
Las lleva Félix, un conductor con el taxímetro apagado. «Muchos abuelos nos preguntan: “¿Esto quién lo paga?”. Esto no nos lo paga nadie, lo hacemos voluntariamente y dedicamos un poquito de nuestro tiempo en realizar una buena acción», explica. En eso consiste Taxi-Luz, una iniciativa solidaria al margen de asociaciones y partidos políticos para enseñar a los mayores las luces del centro durante una época caracterizada por las grandes aglomeraciones. «Merece muchísimo la pena y todo el que participa repite», celebra este taxista.
«Mucha gente está sola en estas fechas y las familias tienen menos tiempo porque cada vez hay que trabajar más horas», diagnostica Noelia Díaz, principal organizadora del evento. Casada con un taxista «y muy enreda», ha puesto en marcha la iniciativa en recuerdo de su abuela. «Tenía muchos problemas de movilidad, no podía salir y necesitaba un coche adaptado», cuenta. Ahora, a través de Taxi-Luz, intenta prestar a los ancianos la atención que sus familiares no pueden darles. «Por eso lo hacemos en días laborales, las familias pueden hacer las visitas durante el fin de semana y no queremos quitarles eso», explica.
La primera vez que se organizó Taxi-Luz tan solo participaron 19 taxistas. Ahora, en su tercera edición, la iniciativa ha reunido a más de 200 conductores a través del boca a boca, grupos de WhatsApp e incluso vídeos de YouTube en los que se enseña cómo fueron las convocatorias pasadas. «Que seamos más coches implica que podemos llevar a más mayores. Algún centro lo comunica y se apuntan. Este año ya hemos llevado a 800 abuelos, ha sido todo un éxito», presume Félix.
El taxista está especialmente orgulloso de la campaña que organizaron la semana pasada cuando, después de visitar las luces navideñas, los ancianos acabaron en la bolsa de taxis de la Terminal 2 del aeropuerto de Barajas. «Allí preparamos una sorpresa. Hubo chocolate con churros y música navideña. Los abuelos se pusieron a bailar y hubo un ambiente maravilloso».
Mientras Félix maneja el volante y explica los detalles del proyecto, Rosa mira por la ventana a su paso por la puerta de Alcalá. «Este año han puesto el centro muy bonito, parece que hay una competición a ver quién lo ha puesto mejor», opina. A sus 83 años, se apunta a todas las actividades que puede para mantener la mente activa. «A lo mejor no me acuerdo de lo que han echado hoy por la tele, pero al pasar por estas calles recuerdo cosas que viví muy de cerca», confiesa.
Tras pasar más de 71 años en Madrid, se emociona al recorrer los rincones de su juventud. Aquí vino a los 12 años para trabajar en una frutería en la calle Narváez. Después, se casó y montó con su marido un puesto en el mercado de La Elipa que mantuvo durante 35 años. Tras la muerte de este, la tienda permanece cerrada.
«Ahora salimos muchos días las dos solas porque no tenemos marido que nos acompañe», explica Mariana, quien ha encontrado en Rosa a una amiga. «Me lleva a todos los sitios, se orienta genial y a veces ni siquiera sé adónde voy», cuenta Mariana, quien no es una persona especialmente fervorosa, pero está descubriendo ahora las iglesias de Madrid. «A ella le conviene andar y, como a mí me gusta ir a Misa, ella va también. La llevo para que pida por sus hijas», explica Rosa
Esta Navidad, Rosa espera la visita de sus tres hijos y tres nietos. «Los veo muy a menudo y muchos domingos vienen a comer, pero cuando vienen todos, nos juntamos diez y estoy tan contenta», cuenta. También Marina espera estar acompañada en estas fechas, aunque su familia no es tan numerosa. Tiene dos hijas, pero una vive en Italia, por lo que le ilusiona especialmente verla a ella y a sus nietos.
Iniciativas como Taxi-Luz no son exclusivas de Madrid. Este año, los taxistas de Valladolid han llevado gratis por primera vez a los ancianos a ver las luces de Navidad. Con una caravana de 53 coches, más de 150 mayores han podido visitar el centro vallisoletano ataviados con guirnaldas y escuchando villancicos. Los ancianos, procedentes de residencias, han atravesado la ciudad desde la calle Zorilla hasta la plaza Mayor en un recorrido de una hora que coincide con las vías mejor iluminadas.
También dos localidades andaluzas, Marbella y Antequera, celebran su particular versión de Taxi-Luz. En el primer caso, bajo el nombre de El paseo de la ilusión, la iniciativa cumple cuatro años, ha llevado a 200 mayores al centro de la ciudad y ha sido organizada por varias asociaciones del taxi. En el caso de Antequera, 17 vehículos han enseñado las luces de la ciudad a medio centenar de mayores de las residencias de San Juan de Dios y La Vega.