Un total de 24 víctimas de abusos en la Iglesia han pedido ayuda a la asociación Betania desde febrero
Según los datos de esta asociación, una cuarta parte de los agresores son sacerdotes pertenecientes a órdenes y congregaciones religiosas; el resto son sacerdotes diocesanos
La asociación española Betania, que se constituyó oficialmente el pasado mes de febrero para ofrecer ayuda terapéutica y legal a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, ha atendido en estos tres meses y medio 24 solicitudes de acompañamiento por casos de abusos cometidos por parte de sacerdotes o religiosos, y ha elaborado un peritaje psicológico necesario para una denuncia.
La asociación ha recibido desde su constitución un total de 26 peticiones de ayuda, 14 de mujeres y 12 de hombres víctimas de abusos sexuales. Si bien, dos casos fueron derivados por haberse cometido los abusos en el seno familiar. El resto de solicitudes, un total de 24 fueron por casos de abusos sufridos en la Iglesia. En concreto, se cometieron en parroquias, colegios, casas religiosas y seminarios, por este orden, según informa la asociación.
De los datos disponibles se desprende que una cuarta parte de los agresores son sacerdotes pertenecientes a órdenes y congregaciones religiosas, mientras que en los restantes casos son sacerdotes diocesanos.
En cuanto al perfil de las víctimas que han solicitado ayuda a la asociación, las peticiones proceden de Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y el País Vasco. Además, en el 80 % de los casos, las personas que llaman a Betania son directamente las personas afectadas, y en el 20 % restante, son personas muy cercanas a la víctima, familiares y mayoritariamente amigos.
La asociación pone de manifiesto que mientras que los varones que se han puesto en contacto con ellos lo han hecho directamente, no sucede lo mismo con las mujeres que «suelen asumir con mayor frecuencia el papel de intermediarias entre la víctima y la asociación».
Además, según los mismos datos, una cuarta parte de las personas que se han puesto en contacto con Betania han demandado ser escuchadas durante algunas sesiones que se desarrollan por vía telefónica o presencial y «varias» de estas consultas han derivado en atención terapéutica por parte de psicólogos.
Asimismo, Betania ofrece un servicio de «llamadas amigas», cuya finalidad es mantener contacto con las personas que llaman a la asociación para ayudarlas a sentirse acompañadas «desde el más absoluto respeto a los procesos vitales que cada persona vive, así como a sus decisiones».
Igualmente, Betania ha prestado y presta orientación legal a víctimas que querían iniciar un proceso canónico, y ha elaborado un peritaje psicológico necesario para una denuncia.
La presidenta de la asociación, Teresa Compte, explica que en estos primeros cuatro meses, también han recibido llamadas de personas interesándose simplemente por conocer los servicios que les puede ofrecer Betania de forma genérica, incluidas llamadas de familiares y conocidos de víctimas de abusos.
Encuentros
Por otro lado, durante estos cuatro meses, la asociación ha mantenido contactos y reuniones con congregaciones religiosas e instituciones de Iglesia que querían sondear la posibilidad de derivarles casos.
«Se ha reiterado siempre esa oferta de colaboración, pero dejando muy claros aspectos como que el trato que se daría a estas personas, si libremente ellas quisieran acceder a este servicio, sería exactamente el mismo que a las demás víctimas, lo que implica también que los casos puedan terminar en denuncia civil, penal o canónica, si ello redunda en beneficio de la víctima», precisan desde Betania.
Además de ayudar a las víctimas de abusos, la asociación y las personas que la constituyen desarrollan tareas formativas como docentes y tutores en programas de prevención de abusos sexuales, imparten conferencias y colaboran en medios de comunicación. Así, han participado en diversos foros y programas de formación sobre cómo desarrollar un buen acompañamiento y afrontar institucionalmente estos casos.
También han mantenido contactos con personas de Iglesia, laicos, consagrados y sacerdotes, y han constatado que «el acercamiento sincero al sufrimiento infligido a las víctimas de abusos en la Iglesia, ayuda a cambiar la perspectiva».
«Lo que en varias personas comenzó siendo desconfianza y recelo, podrá acabar siendo compromiso real y efectivo con las víctimas de abusos. Acercarse a las historias reales de dolor, cuando se hace sinceramente, transforma el corazón y la mentalidad», subraya Compte, al tiempo que afirma que este sufrimiento debe «interpelar a toda la Iglesia».
En estos momentos, Betania va a poner en marcha una campaña de captación de socios pues, tal y como explicaron al constituirse, no disponen de fondos. Por ello, han creado en su web www.acogidabetania.es un enlace desde el que los interesados pueden suscribir una cuota anual para contribuir a sostener los gastos de los servicios prestados por Betania.
La asociación agradece el interés de todas las personas que se han dirigido a ellos para apoyarles y colaborar así como a los medios de comunicación que «prestan un gran servicio al contribuir a erradicar el encubrimiento y la cultura de silencio». «Nos demuestra que existe un interés real y una voluntad de compromiso que necesita ser debidamente canalizada», ha subrayado Compte.
Aunque la asociación nació oficialmente hace cuatro meses, algunos de sus miembros ya venían acompañando a víctimas de abusos desde hacía algunos años. Betania está formada por un grupo de 17 profesionales, entre ellos, juristas, psicólogos, médicos, investigadores, académicos y especialistas en acogida.