No sabían su valor hasta ir al Arzobispo Morcillo - Alfa y Omega

No sabían su valor hasta ir al Arzobispo Morcillo

Los 800 alumnos del centro, acostumbrados al rechazo, han encontrado profesores que creen en ellos. La escuela ha recibido el Premio Carisma de CONFER

Rodrigo Moreno Quicios
Álex y Antonio saben montar un circuito eléctrico en tan solo cinco minutos
Álex y Antonio saben montar un circuito eléctrico en tan solo cinco minutos. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

«Yo antes estudiaba en un instituto y, cuando pasé a tercero, me llamaron de Orientación para decirme que, si quería seguir estudiando, tendría que hacerlo fuera. Me echaron y me sentí tirada», cuenta a Alfa y Omega Tania, de 18 años y alumna del grado básico en Servicios Comerciales en la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo, en Valdemoro. Su centro, dependiente de Cáritas, acaba de cumplir 60 años y de ganar el Premio Carisma a la Educación que concede la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) por dar una segunda oportunidad a 800 estudiantes descartados, como ella.

Tania llegó a la escuela con la única ambición de «sacarme la ESO». Sin embargo, todos sus profesores «me dicen que siga, que valgo para un grado medio». Cada vez está más convencida de que quiere seguir estudiando. «El comercio lo es todo en mi vida», dice emocionada, ante lo que Esther Unzueta, una profesora del ciclo medio presente en la conversación, le espeta: «¡Te quiero en mi clase!». La futura comercial señala ese empujón como la mayor diferencia respecto a cualquier instituto donde, «si no quieres, no vas y punto, no están animándote para que te quedes».

Esther y Alicia, profesoras del centro
Esther y Alicia, profesoras del centro. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

Alicia Aparicio, tutora de Tania durante este año, opina que «entendemos a nuestros alumnos y sabemos cuándo necesitan motivación. Ahora que toca echar la matrícula para el grado medio, es el momento de apretar las tuercas». Fruto de este acompañamiento, antaño desconocido para estos jóvenes valiosos que han sido apartados por el sistema, «se sienten útiles» y conquistan un trabajo honrado que los proteja de la precariedad que azota la periferia sur de Madrid, permanentemente anclada por encima del 10 % de desempleo. «No pensé que mi profesión pudiera significar tanto para otras personas ni que las semillas que tiramos fueran a germinar en ellos», reconoce la profesora.

Antonio, de 17 años y estudiante de Electricidad y Electrónica, explica que «cada día me sorprende cómo aquí se hace algo más por nosotros». Confiesa que «pensaba que nunca iba a hablar con un medio de comunicación, porque en el instituto nunca me tuvieron en cuenta». Hace apenas un mes, el 15 de marzo, recorrió el Camino de Santiago con el centro, una actividad que organizan todos los años y de la que a veces vuelve algún alumno bautizado. No esperaba recibir nunca el permiso porque, según su profesora Aparicio, «antes solo recibía refuerzo negativo y estaba estigmatizado».

César Rodríguez en el taller de carrocería. A la derecha: Tania ha aprendido a diseñar carteles comerciales
César Rodríguez en el taller de carrocería. A la derecha: Tania ha aprendido a diseñar carteles comerciales. Fotos: Rodrigo Moreno Quicios

Álex, compañero de clase que peregrinó con él, cuenta que «cuando me levanto estoy triste, pero nada más abrir la puerta de clase ya me sale la sonrisa porque sé que no voy a estar solo». Está emocionado porque el 26 de abril los alumnos del Arzobispo Morcillo van a jugar al fútbol contra otro centro en una liga a la que acaban de apuntarse, pues el deporte es otra de las estrategias de esta escuela, con el patio lleno de canchas y mesas de pimpón para evitar el absentismo tras los recreos.

César Rodríguez, director del centro, cuenta que «la formación profesional unida a Cáritas es la fórmula perfecta». «La centralidad del alumno y que nadie se quede atrás es la receta del éxito», añade. Todo pese a que trabajan casi exclusivamente con «un alumno que trae su mochila de fracaso. Pero, cuando viene aquí, empieza a ver que tiene capacidades». Y pide «que nos den alumnado de este tipo porque es muy sensible y, cuando le das amor, es tal el agradecimiento y la implicación que puede con todo lo que le echen encima».

60 años de servicio
  • 1904: Nace Casimiro Morcillo, primer arzobispo de Madrid y quien da nombre al centro. Se volcó en las barriadas.
  • 1955: Se aprueba la Ley de Formación Profesional Industrial, primer germen de este modelo educativo.
  • 1963: El centro inaugura su primer curso. Valdemoro se dedicaba a la agricultura y tenía 4.000 habitantes.
  • 1991: Se erige la diócesis de Getafe para una mejor gestión del territorio que antes abarcaba Madrid.
  • 2000: La Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo pasa a depender de Cáritas, quien la sigue coordinando hoy.
  • 2022: César Rodríguez se convierte en el director pedagógico del centro. «Aún voy con la L», bromea ahora.