Los franciscanos abandonan Santo Toribio de Liébana

La comunidad de religiosos franciscanos de Santo Toribio de Liébana ha anunciado que abandonará antes del fin de este año el monasterio cántabro dedicado a custodiar la reliquia de un lignum crucis. El motivo es la elevada edad de la escasa media docena de monjes que lo habitan y la inexistencia de relevo generacional que asegure la continuidad de su apostolado. Se trata de un anuncio hecho público este domingo en El diario montañés, que abre «muchas incertidumbres» en el seno de la diócesis de Santander, según han indicado fuentes del Obispado a Europa Press. 

En concreto, la diócesis tiene que valorar cómo se va a llevar a cabo el abandono por parte de los franciscanos del santuario que acoge la reliquia de la Santa Cruz, custodiada en este lugar desde hace más de once siglos. Así, el obispo de Santander, Arturo Ros, tendría que encargar la custodia de la reliquia a otra orden religiosa. «No es la primera vez que se va una orden de un lugar de culto», han precisado desde la diócesis cántabra dichas fuentes. Así, antes de la llegada de los hijos de san Francisco de Asís, que tuvo lugar en 1961, los encargados de esta misión eran los benedictinos. 

Pese a la incertidumbre que abre su marcha de Liébana, el Obispado de Santander ha asegurado que el monasterio «va a seguir abierto» y que «no se va a interrumpir el culto». Igualmente, ha recordado que los anuncios sobre la marcha de los franciscanos no son nuevos, pues «todos los años decían que se iban a ir», han apuntado las mencionadas fuentes. De este modo, han precisado que tras el anterior Año Lebaniego, que concluyó en 2018, los religiosos «también dijeron que se iban y han continuado hasta este último jubileo», que se clausuró el pasado 14 de abril.