Un pueblo de rituales y signos - Alfa y Omega

Japón es un pueblo de rituales y signos, y se ve reflejado en la decoración de las casas y las ciudades, que marca cada época del año según sus tradiciones. La Navidad no es propia de la tradición japonesa, ya que no es un país cristiano. Pero en esta época de la globalización donde entran de un país a otro todas las informaciones, Japón ha ido haciendo suyas, al menos de una forma externa, algunas de ellas. Y podemos ver las calles y las tiendas decoradas de Navidad y con música navideña.

Por supuesto que el día de Navidad no es día feriado en Japón; aquí las fiestas más grandes son el fin de año y Año Nuevo. Son celebraciones familiares donde, por casi única vez en el año, ¡los japoneses descansan de trabajar!

La celebración de la Navidad para los creyentes en Japón es en la iglesia. Participación de la Misa del 24 y del 25, y algo para compartir en los salones del templo para celebrar el nacimiento de Jesús. A veces durante la Misa de Nochebuena hay celebración de Bautismos de adultos.

Para los no creyentes tiene un matiz más romantico: es un día para vivir en pareja y comer un pastel decorado con nata y fresas, lo cual piensan que es típico de Navidad. Por lo tanto, quien no tiene pareja vive ese día con añoranza y solo.

Sin embargo es curioso que muchos no cristianos ese día se acerquen a las iglesias por primera o única vez en el año, atraídos por la magia de ese ambiente. La Iglesia lo tiene en cuenta y prepara Misas adecuadas a ellos para poder introducirles en el misterio de que Dios haya querido nacer como uno de nosotros y trasmitirles el verdadero significado de la Navidad, que para muchos es desconocido. Hay personas que a raíz de este día empiezan su camino hacia el cristianismo que, en algunos casos, les lleva hasta el Bautismo.

Este año será una Navidad especial mundialmente. Y más que nunca Jesús nacerá entre la paja de esta pandemia para ser nuestra esperanza en medio de la noche. Y junto con todos los esfuerzos de profesionales y de los ciudadanos comunes para encontrar una salida, Jesús nos invita una vez más a creer que no estamos solos, que Dios no nos ha abandonado, que vive y sufre con nosotros esta situación, y que nos espera en los que más sufren.

Un fuerte abrazo desde Japón, y ¡feliz Navidad!