Hermanos todos - Alfa y Omega

En junio tuvimos una convivencia con el tema Llegar a ser hermanos, inspirada en la encíclica Fratelli tutti. Participaron diez jóvenes. La propuesta era abrir el horizonte conociendo realidades de otros países y hacer espacio en nuestro corazón para esos hermanos que, aunque físicamente lejos, están cerca en la realidad del Cuerpo de Cristo.

El sábado escuchamos el testimonio de Danny, misionera venezolana de mi comunidad que vivió siete años en Japón. Nos habló de la realidad dolorosa de su país y, al mismo tiempo, de la llamada que sigue teniendo a volver a Japón en cuanto sea posible. Les impactó mucho la situación de un país casi desconocido para ellos y el deseo de Danny de volver a Japón en este momento en el que aparentemente sería más necesaria en su país.

Más tarde una joven de nuestra escuela de evangelización nos habló, desde su experiencia personal, de cómo cuando nos dejamos tocar y curar por Jesús, Él nos capacita para amar. En la relación con sus compañeros de trabajo, se había dado cuenta de que sin Jesús no podemos ser hermanos, pero cuando nos unimos a Él quedamos unidos entre nosotros pese a nuestras diferencias.

Por la noche nos acercamos a la realidad de Israel y Palestina. Vimos un vídeo sobre el contexto de este largo conflicto y tuvimos una vigilia de oración donde cada uno rezó por los países del mundo que están pasando por situaciones de guerra o de crisis.

El domingo profundizamos sobre la necesidad de la comunidad para poder hacernos hermanos, y dialogamos sobre medios concretos para poner en práctica esta llamada en medio de nuestra sociedad.

Al final los jóvenes tomaron conciencia de que, en nuestra sociedad, es necesario ir contracorriente para vivir como hermanos y de que Jesús les está enviando a este mundo para marcar la diferencia.

Pronto saldrá la traducción japonesa de Fratelli tutti (hecha por nuestra hermana Momoko a petición de la Conferencia Episcopal). Esperamos que sea un impulso grande para que los jóvenes puedan descubrir que vivir la fraternidad, la solidaridad y el espíritu del cuidado son la clave para superar las graves crisis del mundo actual.