Un franciscano desde Tierra Santa: «La gente está asustada porque el armamento es muy sofisticado» - Alfa y Omega

Un franciscano desde Tierra Santa: «La gente está asustada porque el armamento es muy sofisticado»

Los franciscanos se han estado esforzando desde el 13 de junio por llevar a cabo su labor pastoral. «Desde Teherán a Tel Aviv personas normales pagan el precio» de la guerra, lamenta una activista

María Martínez López
Personal de emergencias en el lugar donde cayó un misil iraní en Tel Aviv, el pasado domingo
Personal de emergencias en el lugar donde cayó un misil iraní en Tel Aviv, el pasado domingo. Foto: Reuters / Tomer Appelbaum.

El plan para el pasado domingo de Agustín Pelayo, párroco de la comunidad franciscana de San Antonio en Bat Yam, al sur de Tel Aviv (Israel), era celebrar una peculiar procesión de Corpus Christi pasando por las casas de sus feligreses. Iba a sustituir a la Misa, pues sin refugio para protegerse en caso de un ataque con misiles no está permitido acoger a más de 30 personas. Pero no había suspendido la celebración solo por imperativo legal. El 19 de junio tomaron conciencia del «momento especialmente difícil» que vive Tierra Santa tras el inicio del conflicto con Irán y de la necesidad de extremar las precauciones: durante la Misa de la mañana, las sirenas interrumpieron la celebración. Tras oír desde el sótano un gran estruendo descubrieron que un misil iraní interceptado por el sistema de defensa había caído en la misma calle y causado daños en el convento. A caballo entre la precaución y el celo pastoral, había planeado el recorrido de la procesión en función de «dónde hay refugios». 

Tampoco pudo ser. «Las bombas eran muy fuertes». Se limitó a bendecir la ciudad con el Santísimo desde su azotea. Asimismo, ofreció a la gente ir al templo de forma individual. «Estuve todo el día escuchando confesiones y dando la comunión. Fue muy fructífero». Si tras el jueves notaba sobre todo el «terror» de sus feligreses y cómo «todo está muy apagado», el domingo subrayaba cómo la gente vive estos momentos «en oración, más unidos en familia y ayudando a los necesitados». Eso sí, quienes tienen con quién quedarse en zonas con mejores refugios se han marchado. Al cierre de esta edición, aún no se había notado el efecto del alto el fuego anunciado por Donald Trump la noche del lunes al martes. Irán e Israel lo aceptaron después, si bien se acusaban mutuamente de violarlo.

Agustín Pelayo bendice Bat Yam y la capital con el Santísimo desde la azotea de su parroquia
Agustín Pelayo bendice Bat Yam y la capital con el Santísimo desde la azotea de su parroquia. Foto cedida por Agustín Pelayo.

En Nazaret, más allá de escuchar los misiles dirigidos a la cercana Haifa, tercera ciudad del país, la situación es más tranquila aunque han caído varios fragmentos de misiles, asegura el también franciscano Carlos Molina. Solo han suspendido algunas Misas. Están visitando a las familias para llevarles los sacramentos y acuden al hospital, las residencias y los conventos de clausura si no hay preaviso de ataque. Con todo, también allí «la gente está asustada porque es consciente de que el armamento es muy sofisticado», además de la amenaza nuclear. Pero «se han agarrado mucho a la Iglesia, a la fe. Puede que no salgan para otras cosas, pero sí para venir» a distintas citas de oración en la gruta de la basílica de la Anunciación. «En la iglesia no me va a pasar nada», dicen.

—¿Usted tiene miedo?

—Solo a no ser capaz de sostener a los demás. Si el Señor me llama, yo hice mi profesión para ser religioso en Tierra Santa. Mi responsabilidad está aquí.

«Escalada surrealista»

También en Irán «es un tiempo de gran incertidumbre y ansiedad para todos» por los ataques de Israel y Estados Unidos, comparte a este semanario Steve Dew-Jones, responsable de comunicación de la organización pro libertad religiosa Artículo 18. La gente «nos cuenta que tiene sentimientos mezclados: esperanza por si esto fuera el final de la República Islámica y gran pena y dolor al ver a sus seres queridos y sus casas en peligro». Relata que uno de los misiles afectó directamente a una familia cristiana que vivía cerca. Al mismo tiempo, les han llegado noticias de fieles en zonas alejadas del peligro «que han ofrecido sus casas a quienes huían de Teherán».

El lunes, el cardenal Dominique Mathieu, arzobispo latino de Teherán-Isfahán, relataba a AsiaNews cómo a pesar del «ensordecedor ruido» de los cazas y los drones soltando bombas «nos acostumbramos a volver a dormir, sin poder realmente descansar». Escribía después de que Estados Unidos entrara en el conflicto lanzando, el día 21, 75 misiles. «La escalada surrealista de ataques y contraataques, ayudada por aliados en un lado y cómplices en el otro, en lugares extremadamente sensibles, nos hace temer lo peor y nos lleva a creer que ya no hay límites, que todo es posible y justificable». También el vicario de la Custodia de Tierra Santa, Ibrahim Faltas, compartía con Alfa y Omega su «profunda preocupación» por «una escalada que solo ha puesto en juego el afán de poder y los intereses personales. ¡Que el Señor tenga piedad de quienes no siguen caminos de paz!».

Todo comenzó el 13 de junio, cuando Israel comenzó a atacar instalaciones nucleares y militares iraníes. «El Gobierno de Tel Aviv ha presentado esta guerra como absolutamente necesaria» ya que «Irán estaba a punto de alcanzar nuevos niveles de destreza militar y de presentar una amenaza inmediata a la seguridad israelí», afirma el jesuita David Neuhaus, exvicario del Patriarcado latino de Jerusalén para los cristianos de lengua hebrea, en una amplia entrevista con Alfa y Omega. Algo que le recuerda a la «estrategia propagandística» que llevó a la guerra del Golfo en 2003. Por otro lado, cree que «el ataque a Irán sirve también» para «intentar desviar la atención de Gaza», después de «21 meses de campaña militar que se ha vuelto cada vez más brutal» y cuando crecían las críticas internacionales. Lamenta también que, a pesar de la destrucción sufrida, algunos israelíes, en vez de asustados, «parecen embelesados por la emoción de la guerra».

También se da el caso contrario. Eszter Koranyi, codirectora de la organización israelí y palestina Combatants for Peace, alerta de que «más violencia solo llevará a más sufrimiento. No traerá a casa a los rehenes» de Hamás. «No alimentará a quienes mueren de hambre en Gaza». Por ellos, su entidad mantuvo el 16 de junio la jornada de ayuno que había convocado tiempo atrás. Tampoco aportará «paz a Oriente Medio». «Docenas han muerto, cientos más están heridos. De Teherán a Tel Aviv personas normales y corrientes pagan una vez más el precio de decisiones tomadas por líderes que nos consideran daños colaterales» en «su búsqueda del poder».

25 cristianos muertos en Siria
Interior del templo tras el ataque

El Papa León XIV se mostró el pasado martes «profundamente apenado» por «la pérdida de vidas y la destrucción» causadas por el atentado suicida que el domingo acabó con la vida de 25 cristianos e hirió a 63 en la iglesia ortodoxa de Mar Elias de Damasco (Siria). En un telegrama firmado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, el Santo Padre expresa su «sentida solidaridad con todos los afectados». Encomienda las almas de los fallecidos a la «misericordia amorosa de nuestro padre del cielo» y reza «por quienes lloran su pérdida y por la recuperación de los heridos». Por último, «invoca los dones del Todopoderoso de consuelo, sanación y paz sobre la nación».

Según el Ministerio del Interior, el terrorista accedió al interior del templo, «abrió fuego» contra los presentes y acto seguido «hizo detonar su chaleco explosivo». El lunes el ministro, Anas Khattab, anunció la detención de «un número de criminales implicados en el ataque», recogía el periódico Orthodox Times. La operación tuvo lugar en «localizaciones vinculadas a células de la organización terrorista Estado Islámico». Se trata del primer atentado de grandes dimensiones que se sufre en Damasco desde la caída de Bashar al Asad, quien perdió el poder en diciembre a manos de una coalición de grupos rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS).