Un ataque ruso contra Cáritas destruye los generadores enviados por el Papa

Un ataque ruso contra Cáritas destruye los generadores enviados por el Papa

El director de Cáritas Spes asegura que el Ejército ruso tenía que saber que el almacén que ha destruido, uno de sus dos mayores centros logísticos, era una instalación civil

María Martínez López
Incendio almacén Cáritas Ucrania
Todos los palés de ayuda que contenía el almacén han sido pasto de las llamas. Foto: Cáritas Spes.

«Lo más importante es que gracias a Dios no ha muerto nadie». Vyacheslav Grynevych, director ejecutivo de Cáritas Spes insiste en esta idea durante la conversación con Alfa y Omega, después de que en la madrugada de este miércoles uno de sus almacenes más importantes, en Leópolis (Ucrania), sufriera un ataque ruso.

«Un dron atacó directamente ese edificio, no es que haya ardido a causa de un bombardeo cercano», explica. Aunque desde la entidad confiesan que todavía no han podido calcular el valor de las pérdidas, enumeran que se han perdido «33 palés de paquetes de comida, diez de kits de higiene y latas de conservas y diez de generadores y ropa».

Grynevych subraya que al menos parte de los generadores y la ropa, siete toneladas, «las había mandado el Papa Francisco» para paliar los efectos de los posibles cortes de energía el próximo invierno. «¡Todo se ha quemado!».

El cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, que ha vuelto a viajar hasta Ucrania, ha manifestado su «dolor» por lo ocurrido. «Golpearon para destruir la posibilidad de ayudar a las personas que sufren», ha denunciado.

Ayuda recogida por familias

A la pregunta sobre si piensa que ha sido un ataque directo contra la labor de Cáritas Spes —vinculada a la Iglesia católica de rito latino—, su director ejecutivo confiesa que no sabe qué pensar. Pero sí tiene claro que era obvio que «no se trataba de un almacén militar». Apunta también que un misil hubiera podido caer ahí de forma más o menos accidental. «Pero los drones se programan con coordenadas».

Independientemente de si el Ejército ruso sabía que era un almacén de Cáritas o no, tenía que ser consciente de que eran almacenes civiles. La entidad recuerda también que «no es la primera vez que la Federación Rusa ataca almacenes de ayuda humanitaria». Ya ocurrió en mayo pasado en Odesa y Ternópil.

El almacén, cuando el incendio aún no estaba totalmente sofocado. Foto: Cáritas Spes.

En esta ocasión, explica Grynevych, el almacén atacado era, con sus 7.500 metros cuadrados, «uno de nuestros dos centros principales de distribución logística» para almacenar toda la ayuda que llega desde Europa. «Allí la repartíamos en cajas y paquetes más pequeños para llevarla en coche hasta alguno de los 38 centros que tenemos en toda Ucrania». Afortunadamente, un trabajador pudo poner a buen recaudo los vehículos.

Al director ejecutivo de Caritas Spes le duele mucho haber perdido envíos de ayuda que «habían recogido la gente, las familias de otros países para nuestras familias». Apenas dos días antes, «habíamos recibido cajas desde Polonia que íbamos a llevar a otras regiones», donde ya «estaban esperando esa ayuda».

Respuesta solidaria

Grynevych lleva todo el día llamando a sus socios, tanto dentro como fuera del país, para informarles de lo ocurrido y de los daños. También ha recibido muchos mensajes de colaboradores. En cada uno de ellos, solo le llegan palabras de solidaridad.

Organizaciones desde dentro del país «nos dicen que si queremos podemos usar sus almacenes. Es importante porque se ve que ya no somos Cáritas por un lado, Cruz Roja por otro, la ONU por otro», sino que están unidos en esta labor. Desde fuera, aseguran «que van a continuar apoyándonos» aunque se hayan perdido toneladas de productos ya enviados. Espera poder contar con un nuevo almacén la semana que viene. Y Cáritas Polonia y Cáritas Austria, entre otros, ya le han asegurado que volverán a enviar ayuda.

Después de lo ocurrido, otro desafío es intentar asegurarse de que algo así no vuelva a ocurrir. Pero «es muy difícil», porque «ya habíamos hecho todo lo posible» para proteger los recursos. Sus asesores sobre cuestiones de seguridad en ningún momento les habían sugerido que esa instalación pudiera estar en peligro.

Por ello, de lo ocurrido saca la terrible lección de que, por mucho que continuamente sus trabajadores y voluntarios estén recibiendo formación sobre seguridad, «en la guerra no puedes estar seguro en ninguna parte. No te puedes preparar» para evitar algo así.

Un hogar para mujeres y niños

El cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, se encuentra estos días en Ucrania para inaugurar en Leópolis, «en nombre del papa Francisco», la Casa del Refugio. Se trata de un hogar para mujeres y niños que «escaparon de los lugares bombardeados pero que no queriendo abandonar el país buscaron refugio en Leópolis», explican desde el dicasterio.

«Las madres solteras con sus hijos y las mujeres sin hogar encontrarán aquí hospitalidad en habitaciones adecuadamente equipadas». El edificio también contará con un comedor social. Todo el proyecto ha sido posible gracias a la contribución de varios donantes. «Entre ellos, de manera sustancial, el Santo Padre a través del Dicasterio para el Servicio de la Caridad». Su prefecto, el cardenal Krajewski, ha transmitido además la bendición apostólica del Pontífice. La Casa de Refugio estará atendida por las Hermanas Albertinas.