Un año con la cruz de Lampedusa - Alfa y Omega

Un año con la cruz de Lampedusa

Este símbolo reanuda su peregrinación tras estar desde el 13 de marzo de 2020 custodiada por los trinitarios de Algeciras

Fran Otero
La Cruz de Lampedusa en un Círculo de Silencio en Algeciras

La cruz de Lampedusa retomará su peregrinación por todo el mundo. Será el próximo mes de marzo, justo un año después de que la pandemia la confinase en España, concretamente con los trinitarios de Algeciras, a donde había llegado el 13 de marzo, un día antes de la declaración del Estado de alarma.

Durante todo este tiempo, la Fundación Casa del Espíritu y de las Artes, que es la que ha promovido la realización de la cruz y su peregrinación por todo el mundo, nombró a los trinitarios custodios oficiales de este símbolo realizado con madera de embarcaciones donde viajaban migrantes rumbo a la isla italiana de Lampedusa.

A pesar del contexto de pandemia y del sufrimiento que esta ha generado, el superior de la comunidad, Sergio García, confiesa a Alfa y Omega que han sido 12 meses «de bendición» y de «gracia». Un tiempo durante el que han podido orar ante ella y contemplarla en su capilla privada, donde, encajada entre el suelo y el techo, «parecía retorcerse de dolor con la humanidad». Desde allí, y gracias a las redes sociales, esta comunidad de trinitarios llevó su oración y la cruz a muchos rincones de España y del mundo.

En Semana Santa ocupó la colindante Parroquia Santísima Trinidad, de la que se encarga la comunidad trinitaria, acompañando las grandes celebraciones de la fe cristiana. Sergio García recuerda cómo la adornaron para la Pascua con la ayuda de tres mujeres cristianas –de Pakistán, Nigeria y España– que tenían acogidas en un recurso de la Fundación Prolibertas, la ONG de los trinitarios, que, además, está pegado al templo parroquial y a la comunidad.

En los Círculos del Silencio

También traspasó los muros sagrados para participar, en la calle y desde junio, en los Círculos de Silencio, según explica Sergio García, «denunciando las injusticias» que sufren los migrantes. En ella, continúa, se vieron reflejados todos aquellos que habían tenido que utilizar embarcaciones como la que aquellas maderas, ahora en cruz, habían sido una vez. Cristianos, pero también de otras religiones.

«Hemos sentido que la cruz de Cristo acogía el dolor de la humanidad: el de los migrantes, el de la pandemia… Ha sido un ancla, una referencia que nos ha dado fuerza y consuelo», señala.

Del mismo modo, han comprobado su protección y providencia a la hora de dar respuesta a las familias que llegaban a la Cáritas parroquial para pedir ayuda o para atender a las 400 personas que han pasado por la casa de acogida o el programa de empleo –el 70 % son migrantes– que la Fundación Prolibertas tiene allí. Solo un dato: en todo este tiempo y a pesar de la pandemia han conseguido 150 inserciones laborales.

«Un hueco irremplazable»

Con todo este camino recorrido, el superior de la comunidad reconoce que su partida «dejará un recuerdo inolvidable y un hueco irremplazable». Y añade: «Los trinitarios y Algeciras debemos estar orgullosos de haber albergado este símbolo internacional de solidaridad con los migrantes».

Por su parte, la Fundación Casa del Espíritu y de las Artes ha decidido donar a los trinitarios, en recuerdo de este momento histórico, una reproducción de 50 centímetros de la cruz de Lampedusa realizada por el mismo autor, Francesco Tuccio, y con la misma materia, madera de pateras de Lampedusa.