Trump inaugura una cárcel para inmigrantes rodeada de caimanes - Alfa y Omega

Trump inaugura una cárcel para inmigrantes rodeada de caimanes

Días antes de la apertura de Alligator Alcatraz, centro financiado con fondos para emergencias, el arzobispo de Miami subrayaba que «los inmigrantes son seres humanos»

María Martínez López
Trump con el gobernador de Florida, Ron de Santis, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en Alligator Alcatraz
Trump con el gobernador de Florida, Ron de Santis, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en Alligator Alcatraz. Foto: AFP / Andrew Caballero-Reynolds.

Tiendas de campaña y remolques de los que se utilizan tras desastres naturales forman la prisión para 5.000 inmigrantes Alligator Alcatraz, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inauguró este martes en Florida. Pero lo más inquietante  es precisamente lo que da nombre al complejo: el estar rodeada de kilómetros de pantanos infestados de caimanes, cocodrilos y pitones en los célebres Everglades.  

Las autoridades de Florida y del Gobierno federal no solo han reconocido abiertamente que esta remota ubicación está pensada para reducir el riesgo de posibles fugas. También están aprovechando para promocionar el proyecto con bromas, algunas de ellas pesadas.  

Así, antes de partir el martes hacia Florida, Trump declaró ante los medios que a los inmigrantes «les vamos a enseñar a huir de un caimán. No corráis en línea recta. Corred así», dijo dibujando un zigzag con la mano. «Vuestras posibilidades» de escapar «suben alrededor de un 1 %».  

Mientras, el Departamento de Seguridad Nacional publicó en redes sociales una imagen de caimanes con gorras del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Y el Partido Republicano de Florida vende ropa y fundas para latas de cerveza con temática de caimanes. 

Fondos para emergencias 

El centro de detención, que según el gobernador de Florida, Ron DeSantis está operativo desde este mismo martes, ha sido construido en apenas dos semanas. Su apertura ha estado acompañada de críticas por parte de políticos locales y grupos ambientalistas. Sus denuncias se centran en que esta celeridad es incompatible con el cumplimiento de las leyes ambientales. 

Se calcula que el complejo, ubicado en el sur de Florida, en el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade Collier, costará 450 millones de dólares anuales. Gran parte del coste de la construcción está siendo cubierta por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), conocida por su respuesta ante huracanes y otros desastres naturales. 

El sábado pasado, cientos de ambientalistas, indígenas y activistas protestaron contra la futura cárcel migratoria Alligator Alcatraz. Algunos de los carteles que portaban denunciaban que «estos son campos de concentración en tierras indígenas», o que «esta estafa nos costará 450 millones de dólares y arruinará nuestros preciosos Everglades».  

Los activistas denunciaron las condiciones «inhumanas» que esto implicaría para los migrantes, quienes quedarían expuestos al calor «extremo» del verano en Florida, a los huracanes y a animales como caimanes y serpientes. 

En declaraciones a la televisión 7 News Miami el pasado jueves, el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, afirmó que aunque cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, la Iglesia tiene la responsabilidad de asistir a los inmigrantes. «Tenemos que reconocer que los que vienen a este país, sin importar su estatus [administrativo], no son números; no son estadísticas. Son seres humanos. Tenemos que abrazarlos como hermanos y hermanas».