Tres eses hacen dichoso: santo, sano y sabio - Alfa y Omega

Tres eses hacen dichoso: santo, sano y sabio

Maica Rivera

Tenemos en librerías una nueva presentación, muy primaveral, para El arte de la prudencia del jesuita Baltasar Gracián (1601-1658), aragonés universal. La edición corre a cargo del catedrático Emilio Blanco, especializado en prosa didáctica del Siglo de Oro y, específicamente, en la figura del clérigo del siglo XVII. Se trata de un compendio manejable de 300 aforismos de Gracián, los 100 primeros tomados de sus obras anteriores y el resto escritos por él para la ocasión.

Conforman una obra maestra del pensamiento que codifica una serie de pautas esenciales de vida en sociedad, «un conjunto de normas prácticas de comportamiento para triunfar en el cambiante y proceloso mundo social del siglo XVII». Es decir, se abren ante nosotros poco más de 100 páginas que constituyen básicamente una llamada a la cordura, al equilibrio, a la serenidad, a la templanza, al buen juicio y a la ecuanimidad. El autor barroco insta, a la vez, a (re)conocer la vulgaridad y la necedad en el obrar para poder huir de ellas. El punto de partida que establece es el de conocernos a nosotros mismos y no olvida recomendar que escuchemos siempre, sin soberbia, al que sabe.

Se suceden después numerosos consejos, entre los que destaca el de «creer al corazón», que es «la mejor compañía en los grandes aprietos». Se propicia el autocuidado, que nos cultivemos contra la barbarie («hace personas la cultura, y más cuanto mayor») y, a la par, se nos previene del desaliño y el desaseo, que generan una grosería tal que hace deslucir todas las virtudes interiores. Gracián invita a evitar la afectación, a que nunca demos pábulo en nuestro discurso a la exageración o el empleo del superlativo porque esto es indicio «de cortedad del conocimiento y del gusto». Elogia la cortesía en todas sus formas, en el marco de «las buenas palabras y mejores obras; amar para ser amado». Alienta a que sigamos el camino que nos lleva a la autonomía del sabio que se basta a sí mismo para conducirse, cuya fortaleza interior le hará manejarse bien con la soledad y definirse como un hombre que «nada tendrá de bruto sino mucho de sabio y todo de Dios». Ensalza, en sí mismos y cruzados, valores como la erudición, la valentía y la ciencia con seso.

Su pluma, anticipadora de la Ilustración europea, lanza sentencias como flechas: «El hombre de entereza siempre debe estar de parte de la razón. Ni la pasión vulgar ni la violencia tirana le obligarán a pisar la raya de la razón». Y lo resume todo, al final, en que el hombre tiene que perseguir y aspirar a la santidad, cadena de todas las perfecciones y centro de las felicidades, para lograr ser «prudente, atento, sagaz, cuerdo, sabio, valeroso, reportado, entero, feliz, plausible, verdadero y universal héroe. Tres eses hacen dichoso: santo, sano y sabio».

Doctísimo escritor y gran maestro del conceptismo, Gracián no brinda una lectura fácil pero se le coge el gusto al grado de exigencia que impone. Merece mucho la pena hacerle caso, «no vivir a prisa», y pararse a desentrañar la sapiencia graciana.

Se congratula el editor Emilio Blanco de que este volumen sea un best seller en la modernidad, de que el centón, con toda su originalidad de época, haya traspasado limpiamente la barrera de lo culto para formar parte de la biblioteca ideal de cualquier lector. Nótese que, hace apenas unos meses, el magnate multimillonario Elon Musk sorprendía a propios y extraños citando esta obra.

Más de tres siglos después de su redacción, Gracián, con todo su ingenio crítico y afán moralista, se mantiene en pie. Hagámonos un favor neuronal y sustituyamos, al menos por un rato, la lectura enfervorizada y robótica de tuits por la de estos aforismos recogidos en este manual de filosofía práctica.

El arte de la prudencia
Autor:

Baltasar Gracián

Editorial:

Ariel

Año de publicación:

2023

Páginas:

144

Precio:

18 €