Todo por escuchar al Papa
Alfa y Omega recoge las impresiones de algunas familias

Como valencianos, nos encanta que esto esté tan lleno de gente, pero ya esperábamos que la gente viniera de todos los países del mundo, y de toda España, porque somos católicos, y al Papa lo queremos mucho. En el Rosario del viernes, mis nietos participaron. Además, ahora hay que defender la familia, que últimamente está muy castigada.

Venimos con el movimiento de los colegios Pureza de María, y somos 600. Estar aquí esperando al Papa es algo que no se tiene todos los días. Nunca habíamos visto tanta gente junta. Hemos querido venir por conocerlo en persona, saber cómo es. También porque es una persona elegida por Dios, alguien importante, que representa todo lo que es la comunidad cristiana.

Nos sentimos hijos del Papa, y para nosotros es el representante de Cristo en la tierra. Tenemos la misma sensación que cuando los hijos vienen a visitarnos, o nosotros a ellos. Con esa misma alegría le recibimos, como si viniera alguien de la familia. Porque, en definitiva, de lo que se trata, y por lo que estamos aquí, es porque somos una gran familia, y el Papa es el padre de esa gran familia en la tierra.

Hemos venido desde Lisboa, primero, para estar con el Papa, el representante de Cristo en la tierra. Y, segundo, porque la familia es muy importante para la Iglesia, así como el tema de la transmisión de la fe a los hijos. Esperamos del Papa la confirmación de que la mejor política para la sociedad y el Estado es la defensa de la vida y de la familia contra todas las tentativas de robarlas.

Todos los que hemos participado en la organización del V Encuentro Mundial de la Familia lo hemos hecho con mucha ilusión. Algunos incluso ni dormían, por dar lo máximo, aunque luego veíamos que había que descansar para llegar al final. Mucha gente incluso ha dejado su trabajo para dedicarlo a la organización. Y después de todo el esfuerzo, esto es el mayor premio.

Anoche estuvimos escuchando al Papa, y también lo vimos un momento, de refilón. La Vigilia me gustó mucho; y, aunque la noche ha sido un poco fresquilla, hemos dormido bien. He venido con mi familia para ver al Papa y estar aquí con las familias. Mis padres han sido misioneros en Ecuador y yo nací allí.

Ha sido todo precioso, muy bien organizado, con unos contenidos muy bonitos y muy importantes para la familia. Lo que más nos ha impresionado ha sido el fundamento de la familia, que ha explicado el Santo Padre: hombre y mujer, creados por Dios para engendrar y dar. Y el ambiente ha sido encantador; cuando se viene con buena fe, todo va a favor y es fácil.

Hemos dormido en el suelo con sacos de harina de una panadería, esperando a Benedicto XVI. Hemos venido porque queremos decirle al pueblo español que la Iglesia en España está viva. Y que cuando nos llame el Papa, ahí vamos a estar. Nosotros estamos hoy aquí gracias a que tuvimos un padre y una madre que nos transmitieron la fe en Jesucristo.

Ya estoy un poco mayor para lo de haber pasado aquí la noche, pero merece la pena. Anoche tardó un poco en llegar el momento de escuchar al Papa, pero al final puso la guinda. Lo que destacó más es que la familia es lo más importante que hay, y es la base de todo. Y ahora, a cerrar esto con lo más importante que hay: la Eucaristía.

He dormido seis horas y media, un lujazo. Hemos venido los cinco de la familia. Lo que más nos gustó de anoche fue el mensaje del Papa a las familias, sobre todo cuando hizo hincapié en lo importante que es la familia, y dijo a los políticos que el bienestar de la familia es el bienestar de la sociedad.

Es una gozada poder ver tanto matrimonio joven, con niños, todos con el Papa, cabeza de Cristo en la tierra. Queremos escucharle para que nos dé guía. Hemos venido esta misma noche desde Madrid, sólo para la Misa, pero había que estar aquí. La Vigilia la vimos en televisión y nos pareció muy bonito el mensaje del Papa sobre el amor humano, cómo se quiere banalizar aunque no es banal en absoluto.

Llegamos ayer mismo desde Pennsylvania para estar en el Encuentro de las familias. Nos vamos a quedar para las vacaciones, pero la razón de venir es ver al Papa, oír lo que tiene que decir a las familias, e intentar ponerlo en práctica. Lo que ha dicho es muy esperanzador, y lo que hay que hacer ahora es hacerlo.

La noche aquí ha sido muy divertida, aunque se ha dormido poco o nada. Mi familia está por ahí perdida. Ayer por la tarde fue más relajado, uno piensa que se va a aburrir un poco esperando, pero no fue así. Luego, la Vigilia fue muy emotiva, aunque quizá se hicieron de rogar un poco para dejar hablar al Papa, que era lo que estábamos.
Juan Carlos y Beatriz ya tenían todo preparado para pasar el V Encuentro de las Familias en Valencia, pero la niña pequeña se puso enferma y se han tenido que quedar en Madrid. Sin embargo, fueron, vestidos con las camisetas y las gorras del Encuentro, a ver la Vigilia, a la explanada de la catedral de la Almudena.
A pesar de que no han podido ir a Valencia, han seguido la visita del Papa con su dos niñas, Rocío y Ana, con gran ilusión y entusiasmo desde los medios de comunicación. Aseguran ser «una familia católica», y que siguen al Papa como Vicario de Cristo «en todo lo que diga».
José Antonio es un joven católico que no ha podido ir tampoco a Valencia, porque tenía un examen de fin de carrera esta semana, aunque le hubiera gustado muchísimo poder asistir: «Hubiera ido de cabeza», asegura, incluso el mismo viernes un amigo suyo tenía una credencial de otra persona que no podía asistir. Asimismo, ha seguido todo el encuentro a través de la televisión, con gran emoción, y piensa que es un detalle impresionante por parte del Santo Padre encontrarse con las familias, que es lo más importante. Es una «oportunidad ver al Papa en España y oírle hablar en español».
José es un hombre de mediana edad, que se ha tenido que quedar en Madrid por motivos familiares y profesionales, pero le hubiera encantado haber podido ir a Valencia. Asegura que no ha perdido ni un solo detalle de todo lo que ha pasado este fin de semana en Valencia, mediante la radio y la televisión, junto con su familia. Asimismo, afirma que «la familia es lo más importante, es la base de la sociedad».
A Raúl, un joven sacerdote, por su trabajo pastoral, no le ha quedado más remedio que seguir el Encuentro a través de los medios de comunicación. Siente un poco de envidia por no poder estar en Valencia, pero espera que este Encuentro sirva para que se «manifieste la alegría e ilusión de la familia», así como «la experiencia de fe, la presencia de Cristo en las familias». Espera, igualmente, que se muestre que «el amor de Cristo en la tierra se da entre un hombre y una mujer».